La sección oficial de la Berlinale juntó en su 68 edición a los actores hispano-alemanes Alex Brendemühl y Daniel Brühl, ambos dotados de gran versatilidad y representantes de una “multiplicidad de identidades” e idiomas que les permite diversificar su presencia en el cine europeo.Brühl, protagonista de “7 Days in Entebbe”, del brasileño Jose Padilha, alterna en esa cinta el inglés dominante en el filme, que reproduce el dramático secuestro de un avión de Air France en 1976, con el alemán propio de su personaje, un terrorista de Fráncfort.En tanto que Brendemühl es un cónsul mexicano en Marsella (Francia) en “Transit”, del director Christian Petzold e incluida en la lucha por los Osos, y en “La Prière”, de Cédric Kahn, es un cura francés al frente de una comunidad religiosa a la que acuden drogadictos en busca de su desintoxicación.“En la Berlinale empezó todo para mí, con ‘Goodbye, Lenin’”, recordó Brühl en la presentación del filme de Padilha —que se exhibe fuera de concurso—, en relación a su papel protagonista en esa película, en la competición de 2003, lo que supuso su plataforma internacional.“Estuve aquí el año pasado, en el ‘Django’ que inauguró la Berlinale. Este año estoy por partida doble en dos filmes a concurso, una con un papel pequeñito, la alemana, mientras que en la francesa tengo ya un rol destacado”, explicó a Brendemühl.Los filmes en los que interviene Brendemühl se proyectaron el pasado sábado y el domingo, respectivamente, y ambos suenan como destinatarios de alguno de los premios que otorgará el día 24 el jurado que preside el director alemán Tom Tykwer.“La multiplicidad de identidades es mi patria. Siempre me he sentido un poco extranjero en todas partes y en casa en cualquier lado. Me siento muy barcelonés, porque ahí nací y sigo teniendo mi casa. Pero trabajo más en Alemania o Francia que en España”, afirmó Brendemühl, en referencia a sus raíces, algo que se refleja en el cine que hace.“Es más fácil explicar algo así aquí, en Berlín, que hacerlo en otros lados, donde si hablas de patria e identidades te la juegas”, añadió, en tono irónico, este actor de padre alemán, en alusión al debate político en torno a Cataluña.“Crecí en una familia mixta en la que había distintas percepciones sobre la misma cuestión”, recordó por su parte Brühl, en la conferencia de prensa de su filme, preguntado sobre su capacidad para sentir empatía por su personaje, el terrorista alemán.Brühl nació en Barcelona en 1979, mientras que Brendemühl lo hizo en 1972. Ambos pueden manejarse en catalán, además de en español o en alemán paterno, así como en inglés y francés. “Los actores no tenemos identidad. Nos desdoblamos por imperativos del trabajo”, prosigue Brendemühl, quien admite que esa multiplicidad le ayudó a encontrar papeles fuera de España cuando la crisis económica más castigó al cine.Respecto a las posibilidades de premio de los dos filmes con los que está en la competición de la Berlinale, Brendemühl se limita a responder que “Transit” es alemana, lo que teóricamente le da el bono de jugar es casa, mientras que la francesa “ha despertado mucho interés”, por el peso del tema que toca.“Transit” discurre en una Francia ocupada por el fascismo, sólo que traslada el nazismo de los años 40 al mundo actual, entre tropas de elite antiterroristas y perseguidos que tratan de exiliarse hacia México o Venezuela.“La prière” refleja la redención de un drogadicto por la vía de la religión y la férrea disciplina impuesta por el cura de Brendemühl, hasta acabar en otro tipo de adicción, la de la fe y el rezo.