Potencia pura son las palabras que definen la presentación del quinteto portugués Moonspell, dentro del programa de Portugal como invitado de honor de la FIL. El audio del foro anunció la particularidad de este concierto: fue el primero de metal en 32 años de feria. El grupo estaría a la altura, al dar un espectáculo vibrante frente a los tres mil asistentes que llenaron el lugar. Fernando Ribeiro fue el primero en subir al escenario, con un quinque en la mano iluminando la oscuridad. Con su profunda voz entonó el comienzo de “Em Nome do Medo”, tema que abre su más reciente disco, titulado 1755 por el famoso terremoto de Lisboa. Pronto el resto de la banda subiría para aportar la música: Aires Pereira, Miguel Gaspar, Pedro Paixão y Ricardo Amorim completan la alineación. Seguiría la canción homónima del álbum, tras la cual interpretaron otro par del mismo material. Entre las canciones Fernando aprovechó para saludar a la gente: “Qué tal están Guadalajara, en esta noche de metal”. Desde su inclusión en el programa cultural de la feria el grupo celebró representar a su país, ahora oficialmente: Nosotros somos Moonspell, del país invitado de honor, Portugal”, agregó el vocalista. Aunque ya habían visitado Guadalajara, esta ocasión resultó especial para la agrupación, por lo que también se remontaron en su repertorio además de presentar las novedades. El primer tema que hizo emerger la euforia de la gente fue “Opium”, uno de sus clásicos y en donde citan al poeta mayor de su país, Fernando Pessoa. Los versos no son casualidad, pues Fernando Ribeiro tiene una vocación literaria que se refleja en las letras de Moonspell y en sus proyectos alternos: una editorial y la publicación de poemas. La vena literaria también ha tenido peso en las producciones del grupo, como The Antidote, su álbum de 2003. Fernando aprovechó para saludar a José Luís Peixoto, escritor luso presente en la FIL y con quien trabajaron el concepto del disco. De dicho disco tocaron “Everything Invaded”. Peixoto subió al escenario para acompañar al grupo. Otros temas que hicieron cimbrar fueron “Herr Spiegelmann”, de Irreligious (1996) y “Vampiria” de Wolfheart (1995), con el toque gótico que caracteriza a Moonspell. Para el final del concierto reservaron otro par de clásicos que corearon los asistentes a todo pulmón: “Alma Mater”, su canción más emblemática, y “Full Moon Madness”, de donde surge la frase “Lobos que fueron hombres”, el título de su biografía escrita pe Ricardo S. Amorim y que presentaron el viernes previo a su presentación. AC