El FICG es un punto de encuentro para la reflexión alrededor de la cinematografía en México. Uno de los temas que más han regido la producción audiovisual en el país es la centralización de los realizadores, una tendencia que cada vez más se revierte. Por ello la charla Descentralización de la Producción de Cine en México, donde participaron cineastas que han trabajado en distintas partes de la República.La charla comenzó con cifras de 2019, uno de los años con más producción en el cine mexicano, con 216 largometrajes realizados. De estas producciones 49% se hizo con algún apoyo público, mientras que 43% tuvo a la Ciudad de México como una de sus locaciones. En contraste, en Estados como Colima, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala y Baja California Sur sólo una película: en las enditades de Coahuila y Campeche no hubo producción audiovisual de largometrajes. Frente a ello, Samuel Kishi habló sobre su experiencia al inicio de su carrera: “Nos dimos cuenta que los recursos estaban centralizados, con candados dentro de las convocatorias, no podíamos acceder. Es una cosa paradójica: necesitas experiencia para que te den los recursos, pero cómo se obtiene experiencia si no hay nada. Es contradictorio en ese aspecto. Otra cosa con la que nos enfrentamos es la falta de pluralidad con las voces. Mucho del cine mexicano no nos representaba”.Ariadna Mogollón, venezolana que radica en Guelatao (Oaxaca), resaltó el tema de las narrativas: “Lo pienso en México pero también en Latinoamérica, qué historias y desde dónde las estamos narrando”. La cineasta comentó también el tema de la formación, al vivir en un estado que no cuenta con escuelas dedicadas al cine. Como alternativa propone los espacios de formación audiovisual no escolarizados: “Aporta a las nuevas narrativas, a las que no están dentro de lo hegemónico”.Igualmente recomendó hacer cine desde las comunidades, sin necesitar de salir. Ana Laura Calderón, nacida en Aguascalientes, comentó la situación educativa en dicho estado, aunque ya no radica allí: “Ahora ya hay escuelas, ya hay capacitación. Hay gente muy valiosa con proyectos importantes”. Celso García, quien estuvo en la charla de manera virtual, comentó que “La delgada línea amarilla” la hizo en San Luis Potosí: “Inicialmente la idea era filmarla en Jalisco, las condiciones no se dieron, no encontré en ese momento los apoyos que estaba buscando”. El cineasta celebró que la situación haya cambiado en poco más de cinco años desde aquella producción, pues ahora hay más apoyos estatales y facilidades para filmar.JL