Dentro de la sección Generation Kplus, dedicado al cine infantil, el filme mexicano “Los lobos”, del cineasta tapatío Samuel Kishi Leopo, se llevó el Gran Premio del Jurado Internacional dotado con siete mil 500 euros concedidos por la organización benéfica para niños Deutscher Kinderhilfswerk, además del Premio de la Paz, otorgado por un jurado independiente.El jurado internacional de Generation Kplus concedió asimismo una mención especial a la ópera prima “Mamá, mamá, mamá”, de la argentina Sol Berruezo Pichon-Rivière.La trama de “Los lobos” está inspirada en la infancia del director y el tránsito que su madre tuvo en Estados Unidos para buscar una mejor vida. Estos detonantes fueron esenciales para que Samuel Kishi encubara el filme (tras su ópera prima con “Somos Mari Pepa”) con una mirada distinta sobre la migración, la resiliencia y la esperanza sin importar condiciones, idiomas u orígenes.En entrevista, el cineasta detalla respecto a la historia: “Es una madre joven que se va con sus dos hijos pequeños a Albuquerque, Nuevo México, para probar suerte; mientras ella sale a trabajar, deja a sus hijos encerrados en un pequeño departamento con una grabadora de audio con la que les graba canciones, historias, las reglas de la casa y lecciones de inglés. Estos niños van construyendo su imaginario mediante estas grabaciones. Su mamá les dice que ellos son una manada, que son unos lobos”.Los toques biográficos que Samuel Kishi refleja junto a la memoria de su hermano, el músico y compositor Kenji Kishi, permiten que la historia sea abordada desde la inocencia y la capacidad de comprensión de dos niños.Los hermanos Kishi se encontraron en el festival de la capital alemana. Kenji Kishi participó con talleres y mesas de Berlinale Talents, coincidencia que Samuel Kishi celebra al considerar que esto refleja el empuje del nuevo talento e ideas frescas que se van curtiendo desde Guadalajara.Por su parte, el Oso de Oro de la Berlinale se entregó ayer al cineasta disidente iraní Mohammad Rasoulof por la película “There is no evil”, al término de una edición de fuerte carácter político, en la que América Latina triunfó en secciones paralelas.Mientras que la favorita de la crítica, “Never rarely sometimes always”, de la estadounidense Eliza Hittman, que defiende el derecho al aborto, se llevó el Gran Premio del Jurado.JM