México es un país de contrastes, de universos variados que convergen dentro de uno, de esferas irreconciliables, de amores infinitos. Es un país de montañas antiguas, de sierras nevadas, de desiertos donde las hierbas perecen y paraísos de playas prístinas.Pero también es un país de sus culturas y tradiciones, de las distintas lenguas, de la historia tergiversada a las necesidades de los sexenios, de las cosmovisiones irrepetibles con las que nos hemos forjado una identidad, un sentido de pertenencia, una noción brumosa que nos ata como una raíz de ocote a la tierra en que nacimos.México es una región de disparidades, de injusticias, de privilegios concedidos a muy pocos y de miles a los que no les alcanzará la vida para acceder a ellos. Peo ante todo, México es su gente. México es sus cuerpos, sus pieles morenas, blancas, negras, pálidas; sus cabellos oscuros, castaños, pelirrojos, rubios. México es sus idiomas, su español que cambia de una región a otra, de su naturaleza inaccesible de sus lenguas indígenas, de los que con movimientos de las manos trazan en el viento la poesía de su lengua.México es sus desigualdades sociales, sus luchas diarias, sus intentos solitarios y conjuntos para comprender de una vez y para siempre que no hay un solo México, y que México somos todos. Por medio de "Voces de la diversidad", Disney abraza la diversidad de México, sus distintos rostros, sus variados cuerpos, y a su vez, honra las batallas cotidianas de todos aquellos a los que por muchos años la historia falló en darles una representación justa, honrada y ante todo, necesaria. Esta es una entrevista exclusiva con Yalitza Aparicio, actriz mixteca-triki y activista social, Morganna Love, cantante, actriz y mujer trans, y Santiago Corona, deportista y hombre trans. Cada unx con su historia única, irrepetible, con sus batallas específicas, y que hoy en día representan las muchas gamas de la diversidad de México. A lxs trxs entrevistadxs se les hicieron las siguientes preguntas: cómo fue su proceso y su lucha para llegar a ser lo que hoy en día son, cuál es el consejo que le dan a las niñas y niños que quieren seguir sus pasos, y con qué personaje de Disney se sienten identificados. Mi lucha ha sido desde el nivel escolar hasta el nivel familiar, llegando a la sociedad en conjunto. La sociedad mexicana. El bullying que se me empezó a hacer a mí desde niña me marcó. La falta de conocimiento como una mujer de Guanajuato. Yo tenía mucha falta de conocimiento sobre las personas trans, entonces todo eso vino a marcarme para decir que yo tenía que levantar la voz.Sigue habiendo luchas diarias, claro que sí. No con todo mundo; afortunadamente hemos luchado y las generaciones que han venido atrás de nosotras, de nosotros, han luchado y han puesto hasta la vida para que nosotras podamos tener una vida más digna, sea lo que sea a lo que nos dediquemos. Pero en algunos ambientes todavía siguen siendo bastante conservadores. Pero también ya nos estamos haciendo cargo de eso. Siempre he sido muy viajera. Cuando tenía 7 años le dije a mi mamá, me voy a ir en un camión lejos de aquí a buscar aventuras, como la sienita. Y se lo cumplí, muchos años después. Fue eso: me obsesioné con esta dea de ir a buscar, saber que había algo más allá afuera y tener la fuerza para derrotar los miedos que tenía y salir, salir adelante.Para mí han sido dos cosas muy importantes: tener redes de apoyo. No están solas. No pasar este camino solas, porque en una sociedad como la mexicana es muy difícil y muy violento ser una mujer trans. Entonces creo que las redes de apoyo siempre nos van a ayudar a salir adelante. La otra cuestión es la preparación: a mí nadie me pudo decir que yo no podía ser lo que quería hacer, porque yo me preparé mucho antes de salir a la luz y antes de hacer mi transición.Entonces creo que la preparación, herramientas para salir adelante y contrarrestar toda la violencia que vivimos, que es mucha ignorancia y prejuicios. Ha sido una lucha fuerte y constante. Pero afortunadamente hay personas que han hecho antes un esfuerzo y esta lucha la comenzaron desde hace años. Cuando llegué había un camino más fácil. El traer esta mezcla de sangres me ha permitido también darme la oportunidad de conocer más cosas, de ampliar más mis horizontes.El tener la oportunidad de estar en otro ámbito que yo desconocía en mi momento, y que en muchas ocasiones me hacían que no era posible, que no era un lugar donde debíamos estar, solo teníamos que quedarnos en nuestra zona de confort. Todo esto me ha llevado a querer que no se repita. Siempre me cuestiono si en algún momento se me cruzó por la mente ser algo más que lo que era estar cerca de mí: maestros, enfermeras, que eran carreras accesibles a mí. No sé si me cruzó ser actriz, cantante, modelo.Algo de lo que me ha mantenido en este lugar es decir, ¿a qué se debió todo esto? A que muchas personas me hicieron sentir que no se podía. Porque todo lo que veía en pantallas, revistas, y otros lados siempre era como: no hay personas de color. No hay personas de descendencia indígena, no tienes la capacidad. Ahora es el momento de decir, sí podemos, sólo que nunca se nos ha dado la oportunidad. Y es cierto que te vas a enfrentar a muchos obstáculos, pero de eso se trata. Que conforme los vas derribando ya no se repitan, y las generaciones que vengan tengan todavía el camino más fácil como me ha tocado a mí.Me identifico demasiado en ese momento en el que ella tiene que dejar esa zona de confort, el lugar donde nació y creció y cree que conoce todo lo que debe de conocer. Pero también tiene esa necesidad de ir más allá y descubrir qué es lo que está pasando y querer regresar y apoyar. Siento que me encontré ese momento en el que decidí dejar mi familia, mi hogar, todo lo que yo era, e ir a conocer más cosas y quitarme un poco esos temores que tenía enfrente respecto a lo que me decían, lo que se rumoraba en mi comunidad.Nunca en la vida vas a ver a una persona indígena en la pantalla, me decían. Todas esas ideas con las que tú creciste, hasta la que hoy en día siempre me repito y digo, qué bueno que no la escuché: las mujeres deben de enfocarse en casarse, ser una buena mujer... como con Moana, tú eres la descendencia de este reino y te tienes que quedar aquí a hacer tu deber. Pero no, también puedes ir a descubrir más cosas, regresarlas a tu comunidad, y crecer juntas. No son cosas peleadas. Lo que les podría decir es que los sueños se hacen realidad cuando nosotros no los abandonamos y cuando tenemos una lucha constante. No nos podemos sentar a esperar. Podemos ponernos a trabajar en lo que deseamos ser. A mí el deporte me salvó la vida. Me enfoqué tanto en ello que me ayudaba a no pensar en la disforia corporal que yo tenía. Fue un proceso que antes de la transición me salvó la vida. Posterior a esta, regresé a practicar y a entrenar porque siempre he sido muy hábil para esto. Como hombre trans, tu cuerpo es diferente. Lo mío es la natación. Pero enfrentarte a la natación, en donde estás en traje de baño, casi estás semidesnudo, es un shock muy fuerte.En el primer equipo LGBT+ que entré, la verdad el primer día yo me pregunté: ¿Qué hago aquí? Pero poco a poco he ido sembrando esta semilla; he ido dándole a las personas trans un espacio libre y seguro para evitar la discriminación, más en estos ambientes. Fundé mi equipo, juntos con otros chicos de la comunidad y ha sido algo muy bonito, que nos ha llevado a que las personas trans, en especial los hombres trans, podamos hacer deporte, porque no solo es estar fuerte, te lleva a desarrollar otras habilidades.Que más hombres trans estén practicando natación a nivel competitivo, para mí ha sido grandioso.Hércules era un simple mortal, era un chico flaco, y verlo entrenar, lograr, ir haciendo cosas y transicionar como tal, para volverse un dios, para lograr un sueño, fue algo que siempre me inspiró. Yo les diría, que cualquier deporte que les guste lo hagan, porque cambiará mente y su manera de ver la vida, que será algo que lo llevarán para siempre.FS