Lo que bien empieza bien acaba, y con la llegada del 31 de diciembre los rituales para atraer el bienestar y bonanza en el año vuelven a la conversación. ¿Cómo atraer salud, amor, dinero y trabajo en este naciente 2020? Esa es la pregunta que flota suavemente en este frío diciembre.La sabiduría popular tiene un arsenal de recomendaciones que se pasan de generación en generación. Una serie de ritos, unos curiosos y otros solemnes, que se realizan cercanos a la medianoche del último día del año. Aquí te ofrecemos el recuento de algunos de los más populares.En otros países del continente se estila llamar a la abundancia con pequeños rituales en la casa y la cartera. Pequeñas flores de Santa Lucía en la cartera o enterrar monedas en el jardín ayudan a atraer el dinero y trabajo. Otro lugar ritual para colocar el dinero son los zapatos (con un billete es suficiente). En otros países las lentejas como primer plato son sinónimo de abundancia en la nochevieja, aunque también hay variantes donde solo se cargan en los bolsillos. Un clásico de nuestro país y buena parte de Hispanoamérica es ingerir las doce uvas a la media noche. Cada uva simboliza los meses del año y supuestamente deben comerse con cada campanada que resuena. Es verdad que la velocidad del campaneo complica seguir al pie de la letra la deglución, pero lo genuinamente importante es que al comer cada uva se pide un deseo para el año que comienza. Los escépticos de la superstición pueden cambiar los deseos por propósitos. Las uvas suelen ir acompañadas con alguna bebida como sidra, cava, champán u otra variedad de vino espumoso. Otro clásico en México es la costumbre de vestir ropa interior colorida para la nochevieja. La creencia cromática marca que el rojo sirve para la atracción de pasión, mientras que el amarillo “atrae” el dinero (al ser simbólicamente colores vinculados al par de conceptos). Al igual que las uvas, la demanda de ropa interior roja aumenta en la segunda quincena de diciembre, por lo que los expertos recomiendan surtirse con anticipación.Más cercano a un performance teatral, en todo Latinoamérica se ha popularizado el ritual de las maletas para año nuevo, que consiste en dar una vuelta a la manzana antes de la medianoche. Así se atraen los viajes de placer para el año que comienza, según los partidarios de esta creencia. Las maletas no necesitan estar llenas, aunque para muchos viajeros frecuentes hace falta otro ritual, este para evitar que la aerolínea pierda las maletas durante los vuelos.Pese a que el Año Nuevo Chino se celebra hasta poco antes del fin del invierno, sus tradiciones se han importado al calendario cotidiano en muchos otros países. El color rojo está presente en una de las supersticiones de la China, al colocar numerosos detalles en rojo en la entrada del hogar, para ahuyentar las malas vibras. Según la tradición milenaria de ese país, los fuegos artificiales también sirven para alejar a los demonios, por ello se lanzan al cielo durante la última noche del año. Con un guiño a la psicomagia que promueve Alejandro Jodorowsky, quemar el pasado no remite literalmente a quemar las cosas negativas, sino a quemarlas “literalmente” al escribirlas en un papel que después encenderemos. Para muchos es un acto liberador: escribir nuestros deseos y después convertirlos en cenizas, de alguna manera mostrando que tenemos poder sobre ello. En algunos países la quema se traslada a la figura del año viejo encarnada en un pequeño muñeco que se cuelga al aire libre, para dejar atrás el pasado.
