2021 fue un año de cambios, con el nacimiento de nuevas estrellas, resurgimiento de grandes figuras y creación de buenos discos.El regreso de ABBA, éxitos virales con Rauw Alejandro y la llegada de Adele, son solo una parte del recuento del año, aún existe mucho material para hablar, y aunque no todos los trabajos destacables puede participar en la lista, dejamos diez ejemplos de grandes discos del año, para todos los gustos y registros musicales.Los amantes del hip hop que no vieron completamente satisfechas las expectativas puestas en lo nuevo de Kanye West o Drake encontrarán aquí una tabla de salvación que bebe de algunos de los grandes iconos de la música para mostrar un mosaico diverso de colores, nunca monótono, más maduro, libre y emocional que en el pasado.Seis años tardó la principal superventas del siglo XXI en editar una nueva biografía sentimental en canciones, menos pop e inmediata, más en la línea elegante de la Barbra Streisand de los años 70, también más cruda al trazar para su hijo un relato sobre la ruptura del hogar que había creado para él, de la culpa a la autoexpiación y el empoderamiento.Raro sería que el Grammy a la artista revelación no fuese para la exestrella infantil que se adueñó de las listas y que, sin transformar nada en el plano musical o de producción, sí supo rescatar la intensidad de las emociones adolescentes, primero con la balada "drivers licence", luego revolviéndose con "good for u", uno de los (pocos) grandes temas del verano.Otra joven estrella que ha irrumpido con fuerza como ganadora del premio Mercury al mejor disco británico, "un espacio seguro" -lo define esta mujer negra y bisexual- en el que, siguiendo patrones de figuras como Sufjan Stevens o Phoebe Bridgers, canta libre y franca sobre libertad sexual, apatía y búsqueda de aceptación personal.Una ráfaga de fuegos artificiales disparada contra la línea de flotación de las viejas estructuras heteronormativas de la música global, así podría definirse este alegato LGTB+ que es además una enorme y orgullosa combinación de hip hop y pop, con temas que han pedurado y videoclips icónicos e iconoclastas como el que le da nombre.Rehúye aquí la reina de la generación Z los cánones de pop gótico que la auparon a lo más alto, en lo musical, emocional y en el plano estético, aunque en una onda más jazzística mantiene su capacidad hipnótica y una voz singular, personal, aún ácida en su relato sobre los efectos de la fama. De lo mejor, el corte homónimo que lo cierra.Resulta loable que una banda alcance quizás su mejor cosecha de canciones en su cuarto disco de estudio sin perder sus señas de identidad, ese pop bailable de sintetizadores aparentemente "naif" pero con el que despachan grandes cuestiones existenciales al borde del precipicio, como hicieran a su modo The Cure, de ahí el buen entendimiento con Robert Smith en "How Not To Drown".Ni Bad Bunny, ni Maluma, ni Karol G ni Rosalía, ni el "In Da Guetto" de J Balvin. Si ha habido un músico que ha marcado la pauta del urbano latino ha sido este puertorriqueño al amarrar un ritmo difícil de sacudirse a los arreglos catárticos de los años 80 en temas que definirán el recuerdo de 2021, como "Todo de ti" o "Desenfocao'".Las autoras femeninas volvieron a marcar la senda con fuerza, gente como Brandi Carlile, Kacey Musgraves o esta joven cantautora de timbre especial, con mucho aire y poder de sugestión, en un disco de rock suave, un poco folkie, evocador, melódico, intimista, ideal para conducir por las veredas de la memoria adolescente a la búsqueda de la versión presente de uno mismo.La gran revolución del año en España saltó a nivel internacional con los tres Latin Gramm que consiguió el artista, conocido hasta ahora más por sus colaboraciones con Rosalía que por sus discos."Me maten" o "Tú me dejaste de querer" demostraron lo acertado de reinventar desde una perspectiva global la idea de "lo español", con pasodoble, flamenco y rumba de la mano de Calamaro, Jorge Drexler, Gipsy Kings, Elíades Ochoa, Kiko Veneno... Ya lo dijo él: "Podría haber sido un esperpento", pero fue un hito. AF