El hijo pródigo del rock en Jalisco regresó a casa. Carlos Santana, guitarrista originario de Autlán de Navarro, ofreció un concierto pletórico de clásicos en el auditorio Telmex. Pasadas las nueve de la noche las luces del recinto descendieron hasta llegar a la oscuridad, desde donde se evocó la mítica música de Woodstock, pues mientras los músicos subieron al escenario se proyectaba un video del festival. “Soul Sacrifice” fue el primer tema en sonar, frente a un variado público, tanto en edad como en origen: desde jóvenes mexicanos hasta ciudadanos estadounidenses de la tercera edad.Santana salió al escenario con su guitarra roja colgada, cautivando a los presentes con los primeros solos. Siguió “Jingo”, tema donde afloró más la fusión musical por la que Santana ganó fama, con rock y ritmos latinos en las percusiones. La base rítmica de Carlos es un percusionista y dos bateristas, entre ellos su esposa Cindy Blackman.Sería hasta el tercer tema en el que la música incluiría letras, con “Evil Ways” y dos cantantes, quienes también apoyan con panderos y güiro. Completa la instrumentación bajo, una segunda guitarra y teclados. Al final de la canción, como suele hacer, Santana versionó el clásico de John Coltrane, “A Love Supreme”, una composición célebre por su espiritualidad. En ese tenor, fue entonces cuando Carlos saludó a la gente y compartió su mensaje: “Buenas noches, muchas gracias. Es un honor estar en su presencia. Estamos muy agradecidos de estar en una vida, una maravilla”. Luego del saludó vino la espiritualidad: “Este concierto es una invitación para que unidos podamos transformar el miedo y la ignorancia de este mundo. Para mí es muy importante que cada uno acepte la realidad: eres un rayo de luz que viene de la mente de Dios”. Si no, dijo más adelante, “eres una víctima o un villano”.Continuó la música. Para interpretar “Black Magic Woman” Santana cambió de instrumento a una guitarra dorada con la que tocó las emblemáticas frases de su éxito. “Camdomblé cumbele”, “María, María”, “Europa”, “Gypsy Queen” y “Oye, cómo va” continuaron en el set, esta última con la euforia mayor del público, que se puso de pie para bailar.