El cine documental contemporáneo no se puede entender sin esa corriente que molesta a los grupos de poder y busca poner en el centro de la mesa los problemas sociales. Un destacado exponente de lo anterior es Michael Moore, quien con su gorra de beisbol y sonrisa socarrona se ha vuelto un dolor de cabeza para el Partido Republicano y una ofensa para el seguidor promedio de Donald Trump. Eso sí, para que exista un Moore, debe haber un gran equipo detrás, y una de sus piezas clave es su productor, Carl Deal.El productor -y también director- visitó nuestra ciudad para sostener una charla pública con el crítico inglés de cine Neil Young, esto como parte del programa de Master Class que ofrece el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Durante la plática, ambas personalidades hablaron sobre el valor cinematográfico del trabajo de Deal, así como las dificultades y problemas en los que se ha metido por crear un tipo de cine tan punzante al lado de Moore.Deal comenzó la charla renegando de la etiqueta de documentalista, y prefiere ser llamado director o cinematógrafo, ya que como él mencionó: “He tratado de que mi trabajo vaya más allá de documentar. Procuro darle un valor cinematográfico a través de la edición y el montaje. Cualquier periodista te va a decir, por ejemplo, cómo es dar el salto de capturar información a empezar a narrar”.Un camino complejoEl director comenzó su carrera en 2002 como productor en la obra “Bowling for Columbine” de Michael Moore. Desde entonces, ha colaborado en otras cinco ocasiones al lado del polémico realizador, incluyendo su trabajos más provocadores como: “Fahrenheit 9/11”, “Capitalism: A Love Story” y “Where To Invade Next”. Sobre su relación con el cineasta de la gorrita, Deal señala que “Michael es el encargado de tocar puertas y hacer enojar a las personas, yo me encargo de que haya un mensaje en eso”.Deal tuvo su debut en la silla de director con “Trouble the Water”, documental que realizó al lado de Tia Lessin; en éste abordó la recuperación de una pareja afroamericana tras sufrir los estragos del huracán Katrina en 2005. En dicho material se expusieron las deficiencias en la reconstrucción de Nueva Orleans, un problema donde influyó la clase y la raza de aquellos que lo habían perdido todo.Por aquel trabajo obtuvo una nominación al Oscar. “Esas personas eran tratadas como ciudadanos de segunda categoría y no eran parte de lo que mostraba como la reconstrucción”, remató.La relevancia de Carl Deal en el mundo del cine documental se debe a que, además de romper con arquetipos fílmicos del género, lo hace también en el campo discursivo. “Muchos documentalistas solo te dicen que hay ‘tipos malos’, pero si quieres que haya un cambio debes nombrar a esos tipos malos”.Su segundo trabajo como director, “Citizen Koch”, expuso el financiamiento ilícito de un directivo de televisión público a un movimiento de desprestigio en contra del entonces presidente Barack Obama. “Se debe exponer la verdad para tener un cambio y para lograrlo se tienen que decir los nombres”.Para terminar la charla, respondió a un cuestionamiento sobre el país de Donald Trump: “Muchos creen que América se volvió racista e intolerante; sin embargo, esas personas siempre han estado ahí y han tenido esa manera de pensar, pero ahora hablan en voz alta, eso lo vemos cuando documentamos”.