El momento de explorar el cine desde otra mirada llegó para Adrián Zurita, quien a la par de forjar una carrera sobresaliente desde el guionismo con éxitos como “Nosotros los Nobles”, siempre tuvo en mente desde un inicio estar detrás de las cámaras y esta oportunidad llegó con “Un retrato de familia”, su ópera prima como director con una historia que explora los conflictos familiares que se desatan cuando la ausencia y la falta de comunicación es lo que reina día a día.Teniendo en su elenco principal a Humberto Zurita, como el empresario adicto al trabajo “Mariano Avendaño”, Adrián Zurita desglosa una historia en la que se explora cómo pese al éxito profesional y ante nuevas oportunidades de crecimiento laboral, no siempre se tiene una vida perfecta y cómo en muchas ocasiones esto resulta en un distanciamiento familiar que no es para nada sencillo de solucionar cuando terminas siendo un extraño en tu propio hogar.“Tomo todo lo que vivo y conozco, lo voy mezclando para crear estas historias que están basadas en hechos reales”, apunta en entrevista con EL INFORMADOR Adrián Zurita al revelar cómo el caso de amigos cercanos lo animaron a plantear esta trama que propone un viaje de emociones, autoconocimiento, aceptación y cambio para recuperar la unión familiar desde una perspectiva divertida.“Uno de mis amigos, igual que el protagonista, le pasó que de repente le cambiaron los horarios de trabajo y tuvo ir que por las tardes a su casa, pero a la gente en su casa no le gustaba que estuviera, sus hijas no podían hacer nada, le preguntaban a su mamá que qué hacía su papá en las tardes, tuvieron que irse acomodando, administrarse otra vez entre todos para poder conformar su día y día, porque las hijas y la mamá tuvieron a ese papá ausente en las tardes, porque siempre estaba en la oficina”. Con el estreno listo para mañana 21 de julio con el respaldo de Imagem Films, tras dos años postergados por la pandemia, Adrián Zurita resalta lo complejo que puede resultar tratar de recuperar o crear desde cero una nueva dinámica familiar y sobre todo rescatar la confianza de los seres queridos que, ante el distanciamiento y la ausencia, parecen vivir cada uno en su propio mundo.“Es esa inercia que traen las relaciones, si no las cuidas, si no las valoras a tiempo, es que todo se va, ya no tienes la oportunidad de recuperarlo, las relaciones se apagan, la gente que crece es otra, y te pierdes ese tiempo ocupado en otras cosas que no tienen tanto valor, pierdes a la familia, eso pasa en todos los estratos sociales”.Fortaleciendo al elenco con las actuaciones de Mar Saura, Ximena Romo y Regina Contreras, por ejemplo, “Un retrato de familia” también propone un nuevo vistazo y reflexión sobre la construcción de los personajes masculinos, pues aquí se presentan susceptibles a los cambios y a la vulnerabilidad de perderlo todo, pero también con el valor de enmendar sus errores aprendiendo a expresar sus emociones para encender nuevamente la llama del amor y la confianza.“En las películas hemos visto esa evolución, que también es un reflejo de la sociedad. Nuestros grandes ídolos y estrellas a seguir en la vida, también tienen defectos, también sufren, yo lo empecé a ver en las películas hace tiempo, que los malos y los buenos tienen defectos, al final de cuentas todos son seres humanos, esto humaniza mucho a los personajes, los pone en contacto directo con el espectador”.Esta propuesta no solo es reflejo de las inquietudes creativas que han movilizado a Adrián Zurita en el cine como guionista, pues su vocación como director con este proyecto inicial también lo alientan a seguir por este camino con una visión fresca sobre los claroscuros familiares y personales, por lo que está más que listo para continuar fusionando su experiencia en la escritura y ahora desde la dirección.“Fue un gran aprendizaje, una lección de vida grandísima. Originalmente quería ser director, porque como escritor fue una casualidad, porque una vez le dije a Guillermo Arriaga (‘Amores Perros’) que quería dirigir, le pregunté que dónde se conseguían guiones, y me dijo que no había tienda que guiones, que tenía que hacerlos yo. Así aprendí varios años, pero dije que si quería ser director tenía que hacer mis propias obras, aprender el guionismo, así fue el proceso”.