Año terrible. Tiempo en el que los alfileres que sostenían la economía saltaron por los aires y el mundo resintió el “efecto tequila”. Cuando la insurrección se instaló por medio de la palabra en el imaginario mexicano gracias al Subcomandante Marcos. Año en el que, citando al Presidente López Obrador, se consolidó “la mafia del poder” y Carlos Salinas de Gortari tomó el papel del villano favorito. En 1994 asesinaron a Luis Donaldo Colosio y a José Francisco Ruiz Massieu, secretario general de entonces omnipresente PRI y cuñado del presidente del país.1994 es no sólo el año negro, la pesadilla de la que México no termina por despertar, sino también el nuevo proyecto del periodista Diego Osorno, quien desmenuza en cinco capítulos la historia reciente del país y sus consecuencias actuales.“En el año 94 quedó la injustica como norma en este país; porque un caso tan relevante como el de Colosio no tuvo las investigaciones ni los procesos que hubiéramos esperado, a tal grado que hoy en día hay muchas dudas en torno a la posibilidad que hubiera más actores. Y si no somos capaces como país de poder tener certeza de un crimen que marcó nuestra historia reciente, qué certeza podemos tener con la justicia cotidiana, con los otros miles de casos que son ventilados en nuestro sistema judicial”, menciona Osorno en entrevista con este medio.Durante los casi 250 minutos de documental, la figura de el ex presidente Salinas aparece totémica, absoluta; la serie arranca con su figura. “Es considerado el responsable de las calamidades, la figura que prevalece en el imaginario popular y, en los hechos, sin duda alguna es quien implementó en el país, de manera radical, el modelo neoliberal durante su gobierno y se ha convertido en una figura que ha sido considerada el poder en las sombras. La posibilidad de tratar de ver ese poder me parece algo muy interesante. Sin embargo, en esta ocasión, digamos que aunque es una figura centra en la historia de ‘1994’, para mí la expectativa o búsqueda es mucho mayor, por eso hay otras 35 entrevistas”.Sin embargo, y pese a que su sexenio terminó hace casi un cuarto de siglo, Salinas, sus compañeros de ruta en ese entonces, y sus políticas neoliberales siguen presentes.“Alfonso Durazo, el secretario de seguridad del actual gobierno, fue el secretario particular de Luis Donaldo Colosio; el canciller de México, quien renegocia el TLC que entró en vigor en 1994, es Marcelo Ebrard, ex asesor de Manuel Camacho Solís y quien estuvo muy de cerca en todo es proceso. En buena medida el año del 94 no ha terminado. El neoliberalismo que se implementó en el gobierno de Salinas, sigue presente en el actual gobierno. López Obrador está en un ensayo, no podemos terminar de definirlo, hay mensajes encontrados: a veces es progresista y a veces parece más una regresión; me parece que aún es un laboratorio y habrá que estar atentos para saber cuando ya toma una definición frente a todos estos problemas”.Para Diego Osorno, el año 94 no sólo representó la marca de los magnicidios, fue también el tiempo en el que los bolsillos de muchos se secaron y la conciencia del país comenzó a florecer. “La crisis hizo que mi papá perdiera su trabajo, que estuviéramos en riesgo de perder la casa y que tuviera que empezar a trabajar a los 14 años como obrero informalmente; es un año me permitió a tener inquietudes sociales, sobre todo por el discurso con el que Marcos acompañó la insurrección: con sus comunicados donde la política parecía se un ejercicio de poesía y de buen humor, y de mucho más verdad a diferencia del acartonamiento y la teatralidad priista”.La serie, que se encuentra disponible desde hace unos días en la plataforma Netflix, se desarrolla por medio de material de archivo y una serie de 35 entrevistas a personajes que fueron primordiales en la política de ese tiempo y que aún siguen presentes en la vida actual del país, pese al cambio de régimen.“El proceso fue trabajar primero una idea de lo que era el 94 a partir de lo que tenía acumulado en mis cuadernos de notas de otras historias que había hecho y que en algún momento conectaban o rozaban con el 94. Después de eso empezar a allegarme de los documentos oficiales de los casos Colosio y Ruiz Massieu, en los que la pugna de PRI, la insurrección zapatista y la crisis económica eran reflejadas en estas investigaciones que hicieron los diversos fiscales. Así fui armando una primera visión del año; después sumé un equipo de periodistas para que me ayudaran a detallar cosas específicas de esa visión original para después poder escribir un ejercicio de guion. Eso se hizo junto con Elías Tovar un gran guionista, quien trabajó con Alfonso Cuarón en “Roma”, y armar un primer guion”, comenta el periodista sobre la forma de elaborar la serie.Y ahonda que el resultado “fue de más de 500 horas de archivo y 250 horas de rodaje; representó un reto tremendo jerarquizar el material, pero por fortuna conté con la mejor editora, Paloma López Carrillo. Con ella pudimos construir el relato con un ritmo notable y con una profundidad que se sostiene gracias a la inmersión que hicieron todos los miembros del equipo de trabajo”.