Durante el cuarto día de actividades de la edición 34 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), se llevó a cabo la master class de Kevin Scott, experto en animación y efectos visuales, quien fue el encargado de dotar de realismo y magia al hombre anfibio de "La forma del agua" encarnado por el actor Doug Jones. La chala fue moderada por Cynthia Navarro.Kevin, quien ha sido parte de cintas como "Transformers", "Star Wars" y "Spider-Man 3", señaló que hoy en día prácticamente todo puede ser animación, si es que se cuenta con tiempo, dinero y recursos. Así también instó a los jóvenes que quieran dedicarse a la animación a que se preparen no solo en esta área, también en otras cuestiones que son importante como la actuación, pues aunque ellos no salgan a cuadro y no sean histriones, tienen que tener la sensibilidad para poder aplicarla en el trabajo que estén realizando, puesto que en la animación las expresiones de los personajes son fundamentales para que se vean lo más reales posibles."Si esto te hace feliz (la animación), hazlo. Siempre va a ver problemas, sufrimientos, he visto a animadores llorando en mi oficina, pero no importa, sal de tu zona de confort, sal más allá, estudia actuación, oblígate a hacer cosas nuevas".Compartió además que siempre estará latente en cualquier proyecto que el presupuesto y el tiempo que le dan a un animador para hacer su trabajo es por demás complicado.Durante la charla mostró parte del trabajo que hizo de animación para la cinta de Guillermo del Toro, "La forma del agua", donde dijo, el actor Doug Jones, le ayudó mucho para poder darle veracidad en la animación al hombre anfibio, explicándole que él como intérprete se basó en la estética de un torero en cuanto a sus movimientos para darle esa esencia al personaje, pero también tomando como referencia las técnicas que tiene un buzo para nadar a profundidad.Dijo que trabajar con Del Toro es muy interesante, pero muy arduo por lo perfeccionista que es y porque le interesa trabajar de manera artesanal, en especial para esta cinta, que fue más laboriosa por su método creativo, cuando tal vez la tecnología y otras técnicas que Kevin sabía pudieron haber simplificado procesos. Confesó también que trabajar con Michael Bay es como tener el síndrome de Estocolmo, "amas a quien te tiene cautivo", sin embargo le gusta mucho ser parte de sus proyectos.