Dicen por ahí que vivir para el teatro es mucho más sencillo que vivir del teatro, pero Mauricio Cedeño rompió el molde. Como buen hombre de escenario -sus múltiples premios como actor y director lo avalan- sabe lo difícil que es mantener una producción una temporada considerable en cartelera; ha dedicado toda su vida a la representación teatral, siempre como huésped de un escenario condicionado, pero ahora recibe a los creadores e intérpretes como anfitrión en el Teatro María Teresa, un recinto recuperado luego de ocho décadas de abandono y en el que ha trabajado los últimos años de su vida junto a su familia: decidió convertirse en empresario. Y aunque parecía una tarea titánica, encontró algunos caminos que no lo hicieron tan complejo.Sin duda, recuperar este escenario es una de las mayores satisfacciones de Mauricio. “Todo teatrero entre sus máximos sueños es tener un teatro. Luchar con la burocracia cultural de este país es una pesadilla y todos los artistas estamos construidos a base de esa lucha en esta ciudad, y hablo de músicos, pintores, fotógrafos, actores… todos. Esta posibilidad de tener un espacio te permite una libertad creativa gigantesca y de permanencia también, porque las instituciones sólo te permiten tener cuatro funciones cada seis meses y tener un espacio propio nos permite la posibilidad de estar todos los días del año si nosotros queremos”. Cedeño ahora tiene un escenario y una compañía productora que hace teatro de texto y musical, pero las puertas del María Teresa se abren para todo tipo de producciones externas que rentan el espacio, ya sea para eventos privados y hasta celebrar tu cumpleaños como en Broadway. Ahora el teatro trabaja con una cartelera mensual llena, en la que se puede disfrutar teatro en todos sus géneros, conciertos o eventos cerrados al público; sin embargo, recordar cómo fue la reapertura remite un poco a su inauguración en 1929: rodeada de contratiempos por el momento social que vivía México luego de la Revolución y Guerra Cristera. La meta de abrir en marzo de 2020 fue una de las grandes desilusiones. “Íbamos a abrir el 20 de marzo y la pandemia explotó una semana antes, el 14; permanecimos cerrados, es un edificio Patrimonio el Estado que se recuperó luego de estar 82 años cerrado. La rehabilitación fue una inversión poderosa y la mantuvimos así durante ocho meses”. Mauricio sabe lo que es ser su propia empresa, promover las obras de las que forma parte ya sea desde la producción, la dirección o la interpretación, pero ahora se suma a la ecuación un escenario con otras necesidades administrativas. “Mi esposa es una extraordinaria administradora, sabe mucho de negocios; yo sé de arte y hacemos un muy buen equipo. La fortaleza radica en el equipo de trabajo”. Para que todo permanezca en equilibrio hay dos direcciones: la administrativa y la operativa. “Lo que hacemos es tener mucha comunicación, en este negocio es fundamental para poder operar: ensayos, funciones, conciertos. Yo no tengo que ver en el asunto administrativo, ella no tiene que ver en el asunto operativo y hay una persona que coordina la agenda. Nuestra fortaleza está en la comunicación y respetar claramente la experiencia que cada uno tiene en su área”. Mauricio y su compañía tienen claro cómo hacer la diferencia para el espectador. Con 45 años dedicado al teatro ha pasado por todos los escenarios, tanto los institucionales y de Gobierno, como los privados y los independientes, pero estaba convencido que “independiente” debería significar calidad y libertad creativa. “Los espacios más pequeños tenemos más libertad para variar la cartelera con espectáculos de pequeño y mediano formato. La realidad es que los espacios independientes no tenemos ningún tipo de apoyo institucional ni de Gobierno y se presentan los espectáculos artísticos que requieren del espectador para poder sobrevivir”. Justo porque arraigarse en el espectador es la meta se cuida mucho la calidad que se ofrece en el escenario y la experiencia en cada función. El recinto te recibe con la calidez de estar entre amigos, con tu nombre anotado en la taquilla si reservaste previamente tus boletos. Al llegar al lobby es como viajar en el tiempo, con una sala de estar y una pequeña dulcería como aquellas de los grandes cines donde se exhibía una película a la vez y había cientos y cientos de espectadores, de ésos que empezaron a desaparecer en los años noventa.Para Mauricio, la misión del María Teresa es llevar el concepto de espacio independiente a un nivel superior, rescatando el valor tanto arquitectónico como histórico que posee el recinto, pero más allá de ser una joya de la ciudad, también es su empresa. “Como negocio es complejo, hay una combinación de elementos que tienen que resultar en calidad, constancia, permanencia e independencia”, y guardando este equilibrio está decidido a dejar huella. Cruz Verde 121, Zona Centro. Reserva tus boletos: 3312879814. www.teatromariateresa.com CT