Martes, 19 de Noviembre 2024
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Sustentables desde la raíz

Generar una cultura “compostable” es el objetivo de la compañía distribuidora de desechables elaborados con bambú, caña o fécula de maíz

Por: Gabriela Aguilar

Adrián Dávila. El empresario garantiza que sus productos son 100% orgánicos. EL INFORMADOR/C. Zepeda

Adrián Dávila. El empresario garantiza que sus productos son 100% orgánicos. EL INFORMADOR/C. Zepeda

Dejar huella en el mundo con el menor impacto en el ambiente es una de las premisas que Adrián Dávila y su socio tenían clara para crear deRaíz, la compañía distribuidora de desechables biodegradables que hace cinco años inició su camino en México, abriéndose paso en un territorio dominado por el consumo de productos de plástico y unicel.

Y es que justo en medio de la conversación sobre cómo reducir el consumo de plásticos en el país y motivar la cultura de la reutilización de productos, por ejemplo, es que el socio de Adrián vio en los productos de origen vegetal una posibilidad de mercado. No fue fácil y sigue siendo una tarea ardua. 

“Hace cinco años iniciamos el proyecto y uno de los principales factores de resistencia fue el precio, ya que el plástico es muy barato y migrar de una propuesta de unicel a otra compostable se incrementaba bastante, pero con el tiempo se fue aceptando. Cuando surgieron las leyes contra el plástico nos catapultó a un crecimiento acelerado”.

Todos somos consumidores de productos “para llevar”, por lo tanto de una u otra manera todos consumimos alimentos que requieren envases desechables, sin embargo recibirlos en desechables de fibra de bambú, fécula de maíz o de gabazo de caña es poco común. Es por ello que los productos deRaíz tienen la capacidad de reintegrarse en muy poco tiempo a la tierra, generando así una consciencia ambiental en quienes optan por estos productos que, dicho sea de paso, elevan la imagen de quienes los eligen, pues la compañía tiene la capacidad de personalizar todos los insumos, por lo que agrega valor a la experiencia tanto del cliente de la empresa —con su difusión— como del consumidor final, que disfruta sus alimentos en envases sustentables y de alta calidad con el orgullo de que no está contaminando por ello.

La garantía de la empresa es que todos sus productos son 100% orgánicos certificados por la FDA, entre otras instituciones, y eso juega a favor de quienes por convicción incorporan el medio ambiente como una de sus prioridades en el día a día. “Convencer al cliente sobre por qué somos la mejor opción puede implicar mucho trabajo, el tiempo de venta a veces es hasta de tres meses para poder cerrarla”, ya que cambiar un envase desechable en plástico o unicel a uno biodegradable es una inversión, pero según cuenta Adrián ha valido la pena, aunque la compañía ha experimentado sus altas y sus bajas.

Me convenció el hecho de dejar algo bueno en el mundo, creer en aportar algo, hacer el esfuerzo, ayudar al ambiente con desechables que ya son necesarios.
Adrián Dávila, socio fundador en deRaíz

Cara y cruz

Mientras en México el tema del consumo responsable de desechables iba en aumento, con la llegada de la pandemia en 2020 muchas de las operaciones comerciales se frenaron en todo el mundo, y al ser deRaíz una empresa importadora de China generó un doble impacto, pues no sólo se trataba de considerar la inversión en los consumidores finales, también la operación del país de origen de los productos. “En Jalisco el tema se frenó durante la pandemia, se ralentizó, pero quienes se quedaron con la consciencia siguieron adquiriendo los productos compostables”. 

Era comprensible el impacto económico que sus clientes tuvieron, incluso ellos mismos, pero por otro lado, el consumo “para llevar” se incrementó. “La pandemia nos trajo una problemática muy fuerte. El estar encerrados catapultó las ventas porque la entrega a domicilio creció exponencialmente y eso nos ayudó, pero por otro lado el tema de los fletes marítimos creció y eso nos pegó muy fuerte”.

Sin embargo, al ser una empresa importadora y no fabricar los productos en México, existía una limitante, sobre todo en los tiempos de espera, pero todo fluyó a su favor. Actualmente la matriz de distribución se encuentra en Guadalajara, pero dos de sus puntos fuertes de distribución se encuentran en Ciudad de México y Cancún. Los productos pueden encontrarse en el mercado de Abastos en la ciudad y son una alternativa sustentable para todas las compañías que se dedican a la venta de alimentos y bebidas. 

Aunque el diálogo sobre la restricción del consumo de plásticos en México se frenó, la ley se mantiene vigente y esa es una ventaja para deRaíz. “Cuando iniciamos desconocíamos esta ley, pero se empezaron a dar reuniones abriendo el diálogo sobre el uso de productos biodegradables. En Ciudad de México la ley sobre los plásticos está vigente y en Cancún desde hace cuatro años ya se aplica”, comparte Adrián. Y mientras deRaíz busca dejar menos impacto ambiental con productos certificados, espera dejar una huella de su paso por el mundo.

El futuro

Siendo congruentes con la filosofía que los hizo arrancar en este negocio, Adrián comparte que uno de los objetivos de su compañía es dejar huella en la sociedad aportando algo más que una cultura más orgánica. “En cuanto sea autónoma la empresa, la idea es apoyar a causas sociales. Queremos ser coherentes con nuestra filosofía de aportar al mundo”.

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