El sistema financiero mexicano se encuentra sano y es resiliente ante los choques externos, aunque enfrenta diversos riegos, aseguró el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens. Durante la presentación del Reporte sobre el Sistema Financiero 2017, que todavía no considera los efectos de los sismos de septiembre pasado, comentó que esta fortaleza del sistema financiero le permite al banco central ajustar sus tasas de interés sin generar afectaciones. El gobernador del instituto central comentó que entre los principales riesgos para el sistema financiero se encuentran los elevados niveles de inflación, un debilitamiento del crecimiento económico, menores ingresos petroleros y una reversión de los flujos de capital. En ese sentido detalló que "es muy probable que la inflación ya haya alcanzado su techo" y comience a reducirse hacia finales de este año, mientras que durante 2018 se esperan "caídas sustanciales" para alcanzar la meta del 3.0 por ciento. A los riesgos mencionados se suman factores externos como la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), el proceso de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos y riesgos políticos a nivel global. Carstens destacó que a pesar de que el sistema financiero tiene requerimientos prudenciales más estrictos, no dejaron de colocar crédito, "las tasas de crecimiento de la banca han sido altas, aunque ha tenido una desaceleración reciente". Comentó que los niveles de morosidad de la banca "no prenden ninguna señal de alarma", aunque el segmento de crédito al consumo comienza a ver un repunte, sobre todo en tarjetas de crédito, que es el ramo donde los bancos tuvieron una expansión importante.