Bien dice el dicho que no hay que llegar primero, sino que hay que saber llegar, y la llegada de Kia a México es muestra de ello. Pero esto no se detiene ahí, pues parece que la marca supo adaptar esta filosofía a un nuevo producto. Hablamos de la Seltos 2020 que arribó para poner las cosas interesantes en el segmento B de las SUVs, donde este modelo quiere posicionarse con fuerza haciendo alarde de un buen diseño y un manejo más que decente.Es la apariencia la primera que conquista y este vehículo echa mano de elementos disruptivos y novedosos. La parte delantera coloca un amplio cofre, seguido de faros de rasgos alargados y un apéndice inferior bastante llamativo; la parrilla es la clásica “nariz de tigre” que la marca emplea en sus modelos, pero esta vez con proporciones más generosas y un patrón adornado con elementos en terminado negro brillante.Los costados son estilizados, pero en ellos destaca el techo flotante, esta vez logrado con una moldura cromada, además, los rines son de 17 pulgadas y en la versión probada, la GT Line, colocan un adorno que asemeja a un monotuerca deportivo. Para cerrar, la retaguardia coloca un juego de luces atractivo y más elementos cromados, para un conjunto atractivo y con mucha personalidad propia.La cabina también intenta tener una apariencia singular, pero en este caso creemos que se exagera en la implementación de plásticos rígidos y el terminado “black piano”, este último se coloca en prácticamente toda la cabina, como: paneles de las puertas; consola central; volante y en un inmenso marco alrededor de la pantalla de entretenimiento. Por otra parte, los asientos son forrados en vinipiel, y aunque los colores no son muy alegres, se aprecia el uso de costuras aparentes en tono rojo que buscan sugerir cierta deportividad.Sin duda el tema del entretenimiento es algo sorprendente, pues la carta de presentación del Seltos en este rubro es único, ya que cuenta con la pantalla más grande del segmento, que es de 10.25 pulgadas. Unas cuantas entradas USB; controles de audio en el volante; iluminación rítmica y compatibilidad con sistemas Android Auto y Apple CarPlay complementan este aspecto, pero siguiendo de cerca con las amenidades también se cuenta con aire acondicionado automático digital, aunque queda a deber el quemacocos o techo panorámico que se espera ver en una versión tope como la GT Line.En el nivel de equipo que tuvimos a prueba se monta un motor de 1.4 litros turbocargado de 138 caballos de fuerza, mismo que se empareja a una transmisión automática de doble embrague de siete velocidades, que en este caso se denomina DCT, la cual se encarga de enviar la potencia a las ruedas delanteras.Aunque el Seltos no es el más potente de la categoría, es sin duda una de las opciones que mejor compiten en manejo. Y es que el motor tiene buena pegada pasando la línea de las 2,000 RPM, y un rango medio que empuja de manera satisfactoria, para rebases y recuperaciones que pueden ser sencillas con el buen uso de la caja DCT.Es precisamente la transmisión la que podría mejorar, pues aunque es de doble embrague parece no ser tan veloz. No obstante, el modo manual permite que las transiciones sean más rápidas, lo que mejora las sensaciones generales del vehículo.La dirección tiene cierta rigidez, la suficiente para saber que sucede en el camino y transmitir confianza al conductor en curvas. Este aspecto se complementa con una suspensión que se planta bien en todos los entornos; sorprendentemente el agarre en curvas es muy bueno, y aunque filtra bien las imperfecciones, el ruido logra permear dentro de la cabina.Los autos eléctricos y autónomos están en el futuro inmediato de KiaAlgo todavía más atractivo es el nivel de seguridad, pues desde la versión base se acceden a seis bolsas de aire y control de estabilidad, y ya en la gama tope se ofrece cámara de reversa con visión de 360 grados y sensores de estacionamiento, aunque queda pendiente la inclusión de monitor de punto ciego, por ejemplo.El habitáculo nos queda a deber, pues habiendo contrincantes como el CX-30, Seltos se queda corto con plásticos duros que reflejan la luz exterior y pueden encandilar al conductor, además, el sistema de sonido es soso y muy plano. Entre otras cosas, también nos hubiera gustado contar con paletas de cambio detrás del volante, para no hacer el movimiento poco natural de los cambios de marcha bajando la mano al selector en un vehículo automático.El buen rendimiento y un precio de 426 mil pesos (GT Line) colocan a este modelo surcoreano como una opción fuerte en el segmento, y si bien no es la que más destaca, el balance general puede inclinar la balanza a su favor, pues el buen manejo, seguridad e imagen, otorgan la sensación de una buena compra, aunque se debe estar consciente de que tiene algunas áreas por mejorar.