Luz María de la Mora, próxima subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, dijo que, a pesar de que el Acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá (AMEC) presenta mejoras sustantivas en ciertas áreas, el costo más significativo de la renegociación del TLCAN lo terminaría pagando el sector automotor.“(El acuerdo) tiene mejoras sustantivas en algunas áreas, sobre todo lo que es servicios, economía digital, comercio electrónico, y sí tiene algunos costos que tuvimos que pagar, específicamente en el sector automotriz, pero eso ya sabíamos que era lo que quería el presidente Trump, entonces como dice el dicho, de lo perdido lo que aparezca”, expuso De la Mora en entrevista con El Financiero Bloomberg.Para la próxima funcionaria, la ecuación para llegar al nuevo contenido regional automotor establecido en el AMEC implica una metodología complicada y rara que, además, tiene un régimen de comercio administrado.“Tienes un incremento en la regla de origen de 62.5 a 75 por ciento, en donde quiere que el 40 por ciento sea de partes de regiones que pagan 16 dólares la hora, de las cuales el 25 por ciento es de la línea de producción, un 10 por ciento de investigación y desarrollo y un 5 por ciento de plantas que producen hasta 100 mil vehículos o más, entonces esa metodología está rara, luego te da cuatro años para su entrada en vigor”, expuso.“Por otro lado, tienes un cupo administrado de 1.6 millones de vehículos donde te dicen: ‘si no puedes cumplir con esta regla, te doy un cupo de 1.6 millones de vehículos para que si cumples con la regla del TLCAN actual puedas entrar y pagar solamente 2.5 por ciento, pero si acaso llego a decidir implementar una sección 232 en contra de autos, tienes un cupo de 2.6 millones de vehículos’, entonces es como, te pego, pero al mismo tiempo te doy la salida, entonces es un régimen de comercio administrado bastante particular, bastante extraño”, agregó.Sin embargo, la próxima funcionaria consideró que en el balance general fue un acuerdo que concede previsibilidad, certidumbre y que le permite al inversionista saber cuáles son las reglas a futuro; a pesar de ello, cree que para materializar un nuevo acuerdo, el país sí tuvo que ceder ante algunas de las presiones proteccionistas del presidente de EU.“Me parece muy importante que no se aceptó esta cláusula de extinción que cada cinco años se iba a tener que renovar el acuerdo con una aprobación legislativa, sino que se cambió por un periodo de 16 años que no es el ideal en el sentido de que tienes que estarlo revisando cada seis años y darle una nueva periodicidad de otros 16, pero creo que en el panorama general tuvimos que ceder en algunas de las presiones proteccionistas más importantes para el presidente Trump”, consideró la futura subsecretaria y la tambiém exnegociadora del TLCAN original.
