La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) detectó un nuevo modo para “rasurar” a los usuarios de las gasolineras.Esta práctica se registró en una estación de servicio ubicada en Huetamo, Michoacán. El “rastrillo” que se halló estaba colocado en el interior de la bomba para controlar el flujo y alterar los litros que se venden.El sofisticado dispositivo aún se analiza, pero ya se impulsó una reforma para prohibir su uso y quitar la concesión a la gasolinera que se aproveche del mismo.“Es un rastrillo que permite que cualquier persona a distancia controle el flujo de la bomba, alterando los litros verdaderos. Una persona desde Tijuana podría controlar una bomba en Mérida y alterar la gasolina que da”, dijo Ricardo Sheffield, titular de la dependencia.