El plan fiscal del presidente Donald Trump podría ser una realidad y convertirse en ley antes de Navidad. Esto obligaría a México a tomar medidas defensivas, para retener la inversión americana, y ofensivas, mediante la revisión del marco fiscal en rubros como estímulos fiscales y deducibilidad para atraer capitales, señalaron expertos consultados por El Financiero. El Senado estadounidense aprobó la madrugada del sábado 2 de diciembre la mayor reforma fiscal de los últimos 30 años, la cual coincide en los ejes centrales de la iniciativa avalada por la Cámara de Representantes el pasado 16 de noviembre. El presidente de Estados Unidos, a través de su cuenta de Twitter @realDonaldTrump, celebró el avance de la reforma en el Senado. “Estamos a un paso de ofrecer reducciones masivas para las familias. Esperamos poder firmar un proyecto final de ley antes de Navidad”, escribió en la red social.Los dos proyectos deberán ser conciliados en una conferencia entre las dos cámaras, por lo que todavía podría haber cambios, aun así, el escenario base es que lleguen a un acuerdo que resulte en una ley que el presidente Trump promulgaría antes de la Navidad. Ambas iniciativas ‘palomearon’ el recorte de impuestos a favor de las empresas como es la reducción del impuesto corporativo de 35 a 20%; la simplificación de la escala de las personas físicas al pasar de 7 a 4 niveles (12, 25, 35 y 39.6%), y la ampliación de las deducciones para clase media. La firma PwC refirió que aunque en términos generales las dos iniciativas son similares, en algunos aspectos internacionales todavía no hay plena coincidencia, como son un sistema territorial para dividendos, el impuesto por única vez a ciertas utilidades retenidas en el extranjero y la eliminación del acreditamiento por impuestos pagados por subsidiarias en el extranjero. Agrega que la iniciativa de la Cámara de Representantes plantea un 20% de impuesto especial, mientras que la del Senado no contiene este gravamen, pero sí propone incorporar a la legislación dos nuevos tipos de ingresos gravables que son relevantes para subsidiarias mexicanas. Enrique Hernández, socio fiscal internacional en la firma Procopio, Cory, Hargreaves & Savitch en San Diego, California, explicó que dentro de ese paquete de modificaciones a los impuestos corporativos por parte del Senado, está que las utilidades que una empresa multinacional estadounidense genere fuera de ese país no paguen impuestos, así como el impuesto obligatorio a la repatriación de capitales del 14%, que pretende retener inversiones en Estados Unidos. “El impuesto obligatorio a repatriación de capitales puede provocar que multinacionales que operan en México lleven a cabo distribuciones de dividendos importantes hacia sus matrices en Estados Unidos, lo que podría impactar planes de inversión futuros de dichas subsidiarias en México, que se hubieran realizado con una reinversión de utilidades”, expuso Hernández. En tanto, todavía hay desacuerdo en los tiempos de entrada en vigor de las medidas, por un lado el Senado propone que, por ejemplo, la reducción del impuesto corporativo inicie en 2019, mientras que la Cámara baja pide que su aplicación sea inmediata. LEA TAMBIÉN: Calculan 0.3% de crecimiento adicional con la reforma fiscalTambién persiste la inquietud entre demócratas y una minoría de republicanos sobre el déficit presupuestario que ocasionará la reforma fiscal de Trump, sobre todo porque hay dudas de que el crecimiento económico del país no sería suficiente para compensar el faltante de ingresos fiscales. La Cámara de Representantes estima que el recorte de impuestos costaría al país 1.5 billones de dólares en un plazo de 10 años, los senadores prevén que el costo sea de 1.4 billones en ese mismo lapso. Hernández indicó que la reforma aún no está finalizada y las propuestas tienen diferencias en cuanto al costo de cada medida y adición de déficit por la baja en la recaudación de impuestos. EFECTOS EN MÉXICO El plan fiscal del presidente Donald Trump no implica necesariamente la reducción de la tasa del Impuesto sobre la Renta (ISR) en México, pero sí revisar el marco fiscal y otras vías para retener empresas y ganar inversiones mediante estímulos fiscales, ampliar la deducibilidad de diversas prestaciones y garantizar seguridad jurídica. Margarita Escalante, socia corporativa de la firma legal estadounidense Miller Canfield, mencionó que si bien no se espera una “cancelación drástica de las inversiones en México, las empresas estadounidenses sí ajustarán sus planes de inversión dirigidos a nuestro país”. Juan Manuel Franco, vicepresidente de la Comisión Fiscal del Instituto Mexicano de Contadores Publicos, consideró que la tasa de 30 por ciento para las empresas en México es aceptable si se compara con los países de la OCDE, de hecho podría quedarse en ese nivel siempre y cuando México busque estímulos fiscales para las empresas y revise el capítulo de deducciones.