En la sexta ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se discutirá por primera vez la importancia de la industria farmacéutica y la forma de impulsarla, lo que representa para México la gran oportunidad para ‘vitaminar’ a un sector debilitado. En los primeros 9 meses de 2017 la producción nacional de medicamentos alcanzó un valor de 4 mil 476 millones de dólares, lo que significa una caída de 39.2 por ciento frente a lo reportado en igual lapso de hace una década, según información del INEGI. Además, mientras que en el mismo periodo comparable el valor de las exportaciones farmacéuticas disminuyó 3.1 por ciento, a 990.4 millones de dólares; los ingresos por importación sumaron 3 mil 167.3 millones, para un alza de 27.6 por ciento, revelan datos del Banco de México. Esto se tradujo en menos empleo. En los últimos 10 años se redujo en 20 por ciento la planta laboral farmacéutica de México; es decir, más de 10 mil personas perdieron su trabajo, según el INEGI. Guillermo Funes, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), opinó que la renegociación del TLCAN representa la oportunidad de crear una integración de cadenas productivas entre México, Estados Unidos y Canadá que permita reducir costos y elevar la capacidad fabril del país, como ocurre con el sector automotor. “Buscaríamos una integración (de capacidades) que reduzca los costos de operación de las empresas y que se nos reconozca como una región. Vamos a realizar un estudio sobre el tema, es una idea que apenas está surgiendo, pero dependerá de los análisis”, explicó. Actualmente México importa los insumos fármaco-químicos para producir medicamentos, pero su transporte entre fronteras es complicado, pues en las aduanas algunas veces se dificulta la internación, debido a que se consideran productos riesgosos que pueden ser utilizados para fines ilícitos, como elaboración de drogas. En su documento sobre objetivos en la renegociación del TLCAN, el gobierno de Estados Unidos demandó una mayor agilidad en la entrada de productos farmacéuticos a los países de la región y hacer más transparentes los registros, incluso con el uso de nuevas tecnologías. Según Funes, una reducción en los gastos de producción podría resultar en medicamentos menos costosos, aunque dijo que aún es difícil determinar cuánto podrían bajar de precio, lo que se conocerá con los estudios correspondientes. “El SAT debe crear una ventanilla especial para atender directamente este tipo de productos. Pero, además, esto permitiría mejorar la infraestructura de transporte y sumar nuevas tecnologías a los procesos industriales”, explicó Ignacio García-Téllez, director de sector salud de la consultora KPMG. Agregó que la industria vive una crisis por la falta de elementos como país para ser una plataforma de exportación sólida, la ausencia de una política industrial que defina mejor la distribución de fármacos, y que se fortalezcan las cadenas de valor de la industria de sustancias activas, pues actualmente casi todos los insumos son importados de Asia. Fernando Cruz, director de asuntos corporativos de Novartis, dijo que esta sería la primera parte de una integración a nivel mundial, pues permitiría una fabricación más ágil y menos costosa de medicinas. Aunque los especialistas reconocen que la renegociación del TLCAN es un primer paso para fortalecer la industria, también consideran que la combinación con otras medidas como la reforma fiscal y el impulso a las Zonas Económicas Especiales, podrían atraer más inversión farmacéutica en el país. En los primeros 9 meses de 2017 la inversión extranjera en el sector sumó 85.5 millones de dólares, 97 por ciento menos que en igual lapso del año pasado. México ofrece 17.1 por ciento de ahorro en costos de manufactura a la industria farmacéutica, en comparación con Estados Unidos, de acuerdo con el estudio Competitive Alternatives de KPMG. En el país operan 20 de las 25 empresas internacionales más importantes de la industria; algunos ejemplos son Merck, Boehringer Ingelheim, Schering Plough, Bayer, Astrazeneca, Pfizer, Glaxosmithkline, Baxter y Eli Lilly Company. Los principales medicamentos que se hacen en el país son OTC (que no requieren receta médica), incluidos productos de nutrición y analgésicos, entre otros. También hay un gran potencial en biotecnológicos. En su estudio sobre el sector, ProMéxico destaca que el país se encuentra entre los mercados más desarrollados de Latinoamérica en materia regulatoria, pues la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) es reconocida por la Organización Panamericana de la Salud como autoridad de regulación, control y fomento sanitario. “Con la renegociación del TLCAN se podría tener el reconocimiento mutuo a estándares de buenas prácticas de fabricación, y no harán revisiones adicionales, que la prescripción de medicamentos en México sea reconocida en Estados Unidos”, dijo Ignacio García-Téllez, de KPMG.