Disponer de una nueva refinería a partir del 2 de julio en Dos Bocas, Tabasco, no va a impedir que el Sistema Nacional de Refinación (SNR) siga padeciendo cuellos de botella en lo que resta de este año y probablemente todo 2023, prevén analistas.El país dependerá de importaciones de gasolinas y diésel en volúmenes promedio de 200 mil barriles diarios entre 2023 y 2032, aún con la puesta en marcha de la nueva refinería, denominada Olmeca, y atrayendo toda la producción de la refinería Deer Park, ubicada en Texas y propiedad de Pemex al 100% desde inicios de este año. Con ello, el SNR difícilmente va a poder cubrir toda la demanda interna con producción nacional.El problema se agrava porque México está adquiriendo gasolina de importación cara a causa de la guerra en Ucrania, lo que ha obligado al gobierno a utilizar un millonario esquema de administración de precios, vía estímulos fiscales para evitar gasolinazos, aseguran los expertos.En los escenarios de la Secretaría de Energía (Sener) que fueron tomados como base para edificar la nueva refinería se esperaba que la petrolera estatal pusiera a disposición de los usuarios 335.5 mil barriles diarios de gasolinas en 2019; 361 mil en 2020; 396.4 mil en 2021; 476.2 mil este año; 498.5 mil en 2023 y 499.7 mil en 2024.Sin embargo, según informes operativos de Pemexal mes pasado, no se han cumplido esas metas.En 2019 la plataforma promedio de producción de gasolinas fue de 203.5 mil barriles (132 mil menos que la proyección); en 2020 fueron 185.6 mil (175.4 mil menos); en 2021 fueron 232.9 mil (163.5 mil menos), y hasta mayo de este año promedia 288 mil (188 mil menos).Según las proyecciones de Sener, para alcanzar la meta de 2024 el SNR tendría que aumentar en casi 210 mil barriles diarios la producción, pero al ritmo actual, ni incorporando la producción de la refinería Olmeca operando a toda su capacidad, estimada en 163 mil barriles diarios, Pemex podrá cubrir la demanda interna.Ramsés Pech, analista del sector energético, comentó que al ritmo en que operan los seis complejos de Pemex-Tula, Salina Cruz, Cadereyta, Madero, Minatitlán y Salamanca-, “este año podrían cerrar con un promedio de utilización de 55%, en el mejor de los casos, aunque ello dependerá del volumen de petróleo crudo que Pemex les entregue”.