Con “Mi Tierra”, uno de los 33 restaurantes que ha establecido en Chicago, Ezequiel Fuentes ha buscado llevar lo más significativo de las diversas entidades de México, desde los platillos, pasando por la decoración, la música y hasta las vajillas.“Mi Tierra” está ubicado en el barrio de ‘La Villita’, al suroeste de Chicago. Lo adquirió en 2016 cuando el establecimiento había cerrado, sin embargo, al ver el potencial que este tenía decidió hacerlo parte de su compañía para mantener viva la cultura mexicana en aquella ciudad.Usualmente el mercado de su compañía es el mercado anglosajón, al que le ofrece comida estilo tex-mex, sin embargo, en “Mi Tierra” Ezequiel busca mantener la esencia de los platillos mexicanos para que las y los paisanos en Estados Unidos disfruten de un pedacito de su país.Entre los platillos que caracterizan este espacio se encuentran la parrillada, un platillo típico mexicano con carne, pollo y mariscos, costillas de res, chuletas de puerco, arrachera y carnes asadas, servidos en platos, vasos y jarritos que importa desde Tlaquepaque y Tonalá, Jalisco, que le dan el sello característico al restaurante.Uno de los factores distintivos de “Mi Tierra”, dijo, es la música, pues ahí los comensales y visitantes pueden disfrutar desde un trío y un norteño, hasta el tradicional y emblemático mariachi que le da vida al lugar, aunque también abre el espacio para los mexicanos y latinos que buscan demostrar su talento en el canto o la música, siempre en un ambiente familiar.“A la gran mayoría de los latinos acá, que son el 80% mexicanos, les da gusto tener este restaurante porque armamos Mi Tierra muy emblemático, de manera que cada pedacito, cada rinconcito, cada pared tenga un pedacito de cada estado de México, por eso se llama así. A la gran mayoría le encanta, se la pasan felices, se la pasan muy bien y se van a gusto, muchos clientes incluso se han convertido en amigos y eso me alegra porque sé que los mexicanos somos muy demandantes, pero nosotros ponemos todo el corazón y toda el alma para que se vayan satisfechos”, expresó Ezequiel.Con esfuerzo y empeño, tapatío se impone en la industria restauranteraEzequiel Fuentes, jalisciense de nacimiento, llegó a Chicago en 1979 cuando tenía 9 años. Sus papás viajaron a Estados Unidos en busca de una mejor vida, y aunque él pensó que iba a estudiar, desde entonces comenzó a laborar en un restaurante americano como lavaplatos en el mismo lugar donde su padre limpiaba mesas, tarea que Ezequiel también comenzó a llevar a cabo a los 14 años.Pero también a esa edad decidió salir del restaurante donde empezó a laborar y prefirió comenzar a trabajar para una importante compañía restaurantera de Estados Unidos, logrando, a los 20 años llegar a figurar como vicepresidente de la misma gracias al empeño que había puesto y las habilidades que había demostrado.Conforme fue creciendo se enamoró cada vez más de la cocina, y motivado por su abuela, quien lo enseñó de niño a preparar gorditas y a hacer panes, y quien le recordaba que uno siempre tiene que buscar cumplir sus sueños, en 1991 decidió poner su primer restaurante: El Matador.“No fue fácil porque no tenía la experiencia, pero tenía las ganas, la decisión y la mentalidad de que yo quería ser mi propio jefe, y que quería darle una mejor vida a mi familia”, contó.A los dos años pudo abrir junto con sus socios un segundo restaurante y al tercer año el tercero, hasta que la asociación de deshizo. Sin embargo, el sueño no paró ahí y a los tres años se asoció de nuevo, ahora con sus hermanos y su papá, para comenzar de nuevo; para el 2001 la familia fuentes ya tenía 12 restaurantes. De ellos, actualmente es dueño de la mitad junto con sus dos hijos, pues dejó a sus hermanos con el resto de los establecimientos para que también tuvieran sus propios espacios para desenvolverse en la industria restaurantera.Hoy, a sus 50 años ya con sus papeles en regla, se desarrolla en 33 restaurantes y está por anunciar dos más que buscará abrir antes de que finalice este 2021, lográndose imponerse así en la industria restaurantera, como un exitoso empresario tapatío que fue más allá de lograr “el sueño americano”.
