El aumento de precios en México, que alcanzó una tasa anualizada de 6.77% en diciembre de 2017, la más alta en 17 años, repercutió con menor intensidad en el Área Metropolitana de Guadalajara, cuya tasa de inflación fue de 6.15 por ciento.El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), estadística que mide este fenómeno en México, puso a la capital jalisciense en el lugar 34 de las 46 principales áreas metropolitanas y ciudades del país. Esto significa que la metrópoli encareció sus precios en menor medida que otras urbes equivalentes como el Área Metropolitana de la Ciudad de México (7.09%), Puebla (6.68%) o Tijuana (7.76 por ciento).Durante 2017, la gasolina se encareció entre 19% y 25% en Guadalajara, mientras que la electricidad y los combustibles para la vivienda (por ejemplo, el gas LP) presentaron alzas de 18.8% en precios.Las frutas y hortalizas, los derivados de la leche y el huevo también se encarecieron por encima de 10%, de acuerdo con los datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Pese a resentir en menor medida los incrementos, el sector empresarial local espera que los precios se puedan reducir en este 2018, un año marcado por el gasto público en las elecciones federales y estatales y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).“Esperamos que no haya incremento drástico en los combustibles, que fue lo que contribuyó a esta inflación, para que no impacte hacia el alza, y que en este año retomemos las cifras que se manejaban en años anteriores, de 4% o 5%”, señala Mauro Garza, presidente de la Coparmex Jalisco.El titular de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, Fernando Topete, espera que la inflación se reduzca, al menos, a 5% en 2018. Sin embargo, considera que factores como la baja tasa de desempleo ayudaron a Jalisco a soportar el incremento general de precios presentado el año pasado.El aumento de los precios durante 2017, que en Guadalajara alcanzó el 6.15%, afecta la capacidad de compra de los consumidores jaliscienses así como los márgenes de utilidad de las empresas, las cuales se utilizan para futuras inversiones, señalaron las cúpulas empresariales de la Entidad.Fernando Topete Dávila, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara (Canaco), aseguró que el aumento a los salarios mínimos no alcanzó a reanimar un mercado interno debilitado, y el aumento de las tasas de interés del Banco de México tampoco ayuda a generar estabilidad económica.“Una inflación tan alta (que a nivel nacional cerró el año en 6.77%), empieza a mermar el poder adquisitivo de los trabajadores, y el mercado interno se nos cae. Como comerciantes, muchas veces somos quienes más sentimos el impacto en nuestras ventas, porque la gente tiene cada vez menos dinero”, afirmó.De acuerdo con Topete, algunos de los negocios afectados por un mayor incremento en sus costos son aquellos que consumen mucho gas LP para operar y los importadores de mercancías, principalmente de Estados Unidos, por la volatilidad del peso frente al dólar. La inflación, impulsada principalmente por el aumento del precio a los energéticos en los prolegómenos del 2017, ha ocasionado que muchos empresarios jaliscienses decidieran asumir el incremento de los costos para no afectar a sus clientes. Sin embargo, esto repercutió en sus utilidades, aseguró Mauro Garza, presidente de Coparmex Jalisco.“Cuando un empresario disminuye sus márgenes de ganancia, esto resta el ritmo y la dinámica de crecimiento de sus empresas, ya que esos remanentes o utilidades, al mermarse, debilitan la capacidad de seguir invirtiendo e innovando”, explicó.De acuerdo a Garza, enero es el mes en que los empresarios ajustan el precio de sus productos, por lo que podrían presentarse más alzas. No obstante, confió en que otros indicadores, como la creación de empleo y el crecimiento del Producto Interno Bruto del Estado, ayuden a soportar los efectos de la inflación.Tanto la Canaco como la Coparmex esperan que el 2018 traiga consigo una tasa de inflación entre 3% y 5%, y solicitan al sector público no endeudarse en gastos por las elecciones.El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), arrojó que Tepatitlán, ciudad de la zona de los Altos de Jalisco, es la decimosexta ciudad más cara del país, con una inflación acumulada de 7.05 por ciento.Esta tasa es nueve décimas por arriba de la inflación reportada en Guadalajara (6.15 por ciento).El crecimiento demográfico y las remesas son dos factores que pueden explicar por qué esta ciudad de Los Altos es más cara que Guadalajara.“Las ciudades que están teniendo mayor crecimiento demográfico, están teniendo un mayor crecimiento de la demanda de bienes, lo cual presiona a un mayor incremento de precios. En cambio, en Guadalajara no se ha tenido tanto incremento porque no hay una gran alza poblacional, si descartamos el resto de la zona metropolitana”, mencionó Luis Ignacio Román Morales, economista del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).“En ciudades pequeñas, donde se siente fuerte el flujo de remesas, generalmente tienen un índice inflacionario mayor”, señaló por su parte Carlos Ramírez Powell, periodista y analista de temas económicos.En consonancia con Guadalajara, el municipio de Los Altos presentó incrementos de 19% al 25% en gasolinas, y 21.5% de aumento en precios de electricidad y combustible para vivienda. La inflación de 6.77% en 2017, corre el riesgo de incrementarse aún más este año debido a la presión económica internacional (como la renegociación del Tratado de Libre Comercio), un déficit energético y los fuertes gastos de campaña en tiempos electorales.Carlos Ramírez Powell, analista económico, prevé una inflación de 8.5% para fines del 2018.La actual inflación, de acuerdo a Ramírez, “está pegando duro en el sector mayoritario de la población, que es la que gana formalmente hasta los cinco salarios mínimos”, y consideró que el incremento a este ingreso laboral realizado el pasado diciembre no ayudó a paliar los aumentos de precios.Para Luis Ignacio Román Morales, economista del ITESO, los incrementos de precios podrían concretarse hasta el segundo semestre de 2018, debido a que el Gobierno impedirá el encarecimiento de los productos de la canasta básica en tiempos electorales.“Se va a contener la situación hasta antes del 1 de julio, después es impredecible, no por el hecho de que llegue a ser presidente López Obrador, Meade o Anaya, sino porque con cualquiera que llegue, se tendrá un fuerte debilitamiento de las finanzas públicas y llegar a procesos de especulación mayores”, explicó.Para el especialista, el incremento en el índice de la canasta básica (9.6% en 2017) es un signo todavía más significativo que la propia inflación general para medir el impacto de las alzas en los ingresos de la gran mayoría de la población.