La minorista de videojuegos estadounidense GameStop cerró el período noviembre-enero con unas ventas por debajo de lo esperado por los analistas, pese a haber protagonizado desde finales de enero una de las mayores montañas rusas bursátiles tras convertirse en objeto de deseo de un ejército de inversores minoristas coordinados en Internet.En el último trimestre de su ejercicio, GameStop registró una merma de los ingresos por ventas del 3 %, hasta los dos mil 122 millones de dólares, por debajo de lo previsto por los analistas.En todo el ejercicio fiscal 2020, finalizado el 30 enero, GameStop registró una pérdida neta de 215 millones de dólares, lo que supone una mejora del 52 % con respecto al año anterior, y con buenos resultados en el último trimestre, informó este martes la compañía.La firma con sede en Texas ha protagonizado uno de los años bursátiles más extraños que se recuerdan, con el paso de los cuatro dólares por acción en mayo de 2020 a más de 400 dólares a finales de enero y una montaña rusa que continúa hasta hoy.Tras la euforia levantada a finales de enero, que provocó pérdidas de casi 13 mil millones de dólares por el vencimiento de contratos de opciones a corto, el precio se disparó con varios "short squeeze" consecutivos, algo pocas veces visto en Wall Street, provocado por la necesidad de cubrir pérdidas comprando más títulos.Posteriormente en febrero, el valor de GameStop se desplomó hasta los 40 dólares y tras conocer los primeros resultados empresariales tras ese frenesí, el precio de la acción pasó de perder el 7 % a ganar el 8 % y volver a caer más del 7 % en pocos minutos, algo que ya sorprende a pocos.El desempeño de la empresa no fue tan malo como se esperaba, lo que da parte de razón al ejército de pequeños inversores que aseguraron que GameStop, pese a tener un modelo de negocio minorista en decadencia, tenía una multitud de fieles, había fichado a buenos directivos y poseía fundamentos para crecer.JM