Las políticas energéticas de México dañan a inversionistas estadounidenses, advirtió la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) con antelación a la votación de la reforma energética en México.Desde 1999 a 2021, México captó 19 mil 982 millones de dólares de flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) en la rama productiva de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, de los cuales 2 mil 441 millones correspondieron a inversionistas estadounidenses.España es el principal origen de esos flujos, con 8 mil 355 millones de dólares, mientras que otras fuentes destacadas son Italia (4 mil 336 millones), Canadá (2 mil 353 millones), Japón (1 mil 185 millones) y Francia (793 millones).El viernes, la titular de la USTR, Katherine Tai, participó en una mesa redonda virtual con legisladores, ONG ambientalistas, asociaciones empresariales y empresas estadounidenses sobre los “preocupantes desarrollos” en el sector energético de México y las implicaciones para la economía mexicana en sus compromisos bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).“Tai agradeció al amplio grupo por unirse a la conversación. Señaló que las políticas energéticas de México dañan al medio ambiente, las empresas estadounidenses y los intereses de los inversionistas en múltiples sectores, y obstaculizan los esfuerzos conjuntos para mitigar el cambio climático”, refirió un comunicado de la USTR.Tai concluyó que tomaría en cuenta el aporte compartido en el encuentro, mientras la USTR continúa analizando el cumplimiento de México con sus obligaciones bajo el T-MEC.El presidente Andrés Manuel López Obrador envió una propuesta de reforma constitucional al Congreso en octubre de 2021 para proteger los intereses del sector público sobre las empresas privadas en el mercado eléctrico.El objetivo es que CFE tenga una participación garantizada de 54% en la generación eléctrica. Actualmente, la ley da preferencia al despacho de la energía de menor costo a la red, que a menudo es producida por empresas privadas.Un reciente análisis del Congreso estadounidense indicó que las decisiones del gobierno mexicano de detener nuevas subastas en el sector de petróleo y gas, así como en proyectos de energía eólica y solar, sorprendieron a los inversionistas y “pusieron en el limbo a cientos de proyectos existentes”.López Obrador comentó el viernes que la reforma eléctrica se aprobaría sin modificaciones y pondría fin a “contratos leoninos”, además de que el gobierno de México no indemnizará a empresas afectadas. “Son leoninos porque no puede ser que estas empresas, por influyentismo (sic), tengan subsidio”, agregó.Tai comenzó la discusión señalando las “serias preocupaciones” de la USTR con “el deterioro de la trayectoria de las políticas energéticas de México”, incluida una serie de acciones en curso que el gobierno mexicano ha tomado para aumentar el control estatal y limitar la competencia en el sector energético.Según el comunicado de la USTR, Tai escuchó directamente de los participantes sobre estos temas, incluidos los “retrasos crónicos” en los permisos para las instalaciones de energía renovable y los cierres abruptos de numerosas terminales de combustible cerca de la frontera con Estados Unidos.Los participantes señalaron que estos desarrollos están debilitando la confianza de los inversionistas en México, a expensas del medio ambiente.