Domingo, 24 de Noviembre 2024

Hallazgos de la vida

Para Berenice López una vocación la llevó a descubrir la verdadera pasión que la convertiría en empresaria

Por: Gabriela Aguilar

La contadora de profesión encontró en el estilismo su pasión. EL INFORMADOR/ A. Camacho

La contadora de profesión encontró en el estilismo su pasión. EL INFORMADOR/ A. Camacho

Cuando tu vocación no es la correcta la vida te pone a prueba. Si en la disyuntiva eliges con pasión casi siempre es un acierto. Así le sucedió a Berenice López, dueña de los salones de belleza Berloe, quien a sus escasos 20 años, y realizando prácticas profesionales en su carrera de Contaduría Pública para un despacho, descubrió su pasión por el estilismo. No fue fácil tomar la decisión y dar un giro, pero tenía clara cuál era su pasión y apostó por ello.

Conjugar su formación como contadora y su espíritu como estilista le hicieron tener muy claro cuál era la ruta para que un negocio propio funcionara, y fue así que cuando muchos están iniciando su formación profesional, Berenice ya estaba abriendo su primer salón de belleza. “Fue uno de los retos más difíciles a los que me tuve que enfrentar, llegó el momento cuando terminé mi carrera tuve que decidir hacia qué lado me iba porque no podía continuar con las dos cosas, así que decidí a lo que yo me quería dedicar y elegí el área de la belleza, dejé mi carrera de contabilidad a un lado, no volví a ejercer y hasta hoy no me arrepiento porque sigo aquí”.

Mujer, esposa, madre y empresaria, así divide su día a día Berenice como si equilibrar sus facetas no fuera un reto. Sabe que cada una de ellas es importante y a todas dedica el tiempo justo. Aunque confiesa que por mucho tiempo vivió en su zona de confort, un día decidió salir de ella y plantearse abrir una sucursal, expandir su proyecto. “Me tardé 20 años en poner una sucursal, lo hubiera hecho antes. No lo hice porque pienso que caí en mi zona de confort, tenía un salón y tenía todo a la mano, pero llegó un momento en el que tenía que ponerme retos y dije ‘es momento de salir y buscar qué quiero hacer’”.

El tiempo perfecto

Berenice buscó nuevos prospectos, nuevos clientes y decidió abrir otro salón de belleza hace dos años, en plena pandemia. “Cuando todo se paralizó pensé que era momento de hacer algo. Todo el mundo tenía miedo y yo pensé ‘es momento de moverme’. Aproveché la pandemia para reinventarme y ahí inicia mi proyecto, uno de los salones se abrió al final de la pandemia”.

Ahora su responsabilidad es el doble, pero era justo lo que necesitaba hacer. Confiesa que aunque su disciplina y conocimiento le ha permitido mantenerse en el mercado no es sencillo para todos. “Siento que existen dos tipos de empresarios: los que ya nacen con la habilidad de que todo se les da y lo pueden hacer en el camino; pero también los que se desarrollan con el tiempo, las circunstancias y la vida te van marcando ese ritmo. Nunca me imaginé hacer todo lo que hago hoy por hoy pero la vida me lo ha ido marcando todo”.

Piedras angulares

El servicio al cliente es una de las áreas más delicadas para una empresa y la mayoría de las veces lo que conserva a un cliente. Berenice destaca que el personal es clave para poder representar a la empresa. “Como marca quieres que tus clientes conozcan todo de ti, tu verdadera esencia, y a veces es difícil hacer que el colaborador transmita toda la esencia de la marca. No es imposible. Con buenas dinámicas y capacitación constante se puede lograr”.

La pasión es indispensable para que un negocio prospere. “Lo primero a tomar en cuenta es el gusto, el emprendedor no se va a rendir cuando hace su proyecto con gusto, con vocación, cuando haces algo sólo por hacer una empresa cierra al año, porque dejó de tener la pasión que los mueve. “Al principio cometí el error de pensar que mi dinero invertido en el negocio iba a llegar de repente, el negocio es como un bebé, hay que cuidarlo, dedicarle todo el tiempo y el esfuerzo que puedas y el retorno se ve a los dos años, si no es que más, pero al principio el negocio necesita todo de ti. Yo pensaba que iba a poner mi negocio y luego, luego el dinero iba a regresar”, por ello el ahorro es uno de los indispensables para que todo empresario pueda soportar las crisis. “El ahorro me ayudó a subsistir en pandemia. Uno piensa que todo es ganancia pero el ahorro es necesario para prepararte en eventualidades, la pandemia nos enseñó que es básico tener uno”.

"He aprendido de los errores, he cometido muchos a lo largo del camino, pero una de mis ventajas es que soy muy positiva y siempre busco el cómo sí"

Berenice López, empresaria

Para saber
El valor de una profesional

En pandemia se paralizó el giro al que Berenice se dedica y afirma que hubo un antes y un después. “Muchas clientas aprendieron a pintarse el cabello solas, intentaron hacerlo y lo hicieron. Un 80% del trabajo después de pandemia fueron puras reparaciones”. Eso dejó un aprendizaje para ambas partes. “Nos enseñó a ver las cosas diferentes, a no ser tan dependientes ni perfeccionistas. Eso lo marcó la pandemia”.

CT

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