La crisis sanitaria desencadenó la peor ‘turbulencia’ en la aviación al provocar que aerolíneas, además de los operadores aeroportuarios tuvieran una caída de 47 por ciento en sus ingresos en los primeros tres trimestres del año.Según un análisis realizado por El Financiero, las cinco empresas públicas del sector —los grupos aeroportuarios del Pacífico, del Sur, del Centro Norte, además de Aeroméxico y Volaris— registraron ingresos por apenas 56 mil 971 millones de pesos, una pérdida acumulada en su facturación de 51 mil 494 millones de pesos de enero-septiembre, frente al mismo periodo de 2019.En los primeros tres trimestres del año, la aviación nacional dejó de transportar 42.1 millones de pasajeros, los cuales postergaron o cancelaron sus vuelos en espera de un menor riesgo de contagio y ante el cierre del turismo durante al menos 10 semanas.De acuerdo con Brian Rodríguez, analista del sector para Monex Casa de Bolsa, los estimados de cierre de año aún son de pronóstico reservado, pues el país vive un alza en los casos de coronavirus que han encendido las alarmas sobre un retorno al semáforo rojo que sería más catastrófico para las líneas aéreas.“Hacia el cierre de año, contemplamos que el sector aéreo, continuará con una recuperación paulatina, pero débil, ya que existe la posibilidad de entrar en semáforo rojos en algunos estados del país, lo que podría implicar retos en el corto y en el mediano plazo”, refirió.En los nueve meses del año, Aeroméxico sufrió el mayor impacto en facturación: de enero a septiembre, la empresa perdió 60 por ciento de sus ingresos totales anuales, al pasar de 53 mil 535 a sólo 21 mil 352 millones de pesos.Para Marco Montañez, analista de aviación en Vector Casa de Bolsa, la aerolínea encabezada por Andrés Conesa tendrá una recuperación lenta debido a su fuerte exposición a los viajes internacionales, de los cuales obtenía rentabilidad.“Vemos que este segmento se recuperará de manera más lenta que el nacional, tanto por las medidas de contingencia sanitaria por la pandemia que mantienen varios destinos tanto en Estados Unidos como en Europa (con países como Francia y España que están tomando medidas más restrictivas y Aeroméxico tiene una exposición al tráfico de Europa”, refirió el experto.Volaris, por su parte, sufrió una pérdida de 43.5 por ciento en sus ingresos en el periodo de referencia, pero comenzó a ‘comerse’ el mercado en rutas que Aeroméxico e Interjet abandonaron por la crisis sanitaria.Los grupos aeroportuarios han sido quienes mejor se han comportado financieramente. Pese a las reducciones en su facturación y, por ende, en sus utilidades, los tres grupos lograron mantener con posiciones firmes de efectivo e, incluso, con ganancias en el tercer trimestre.Según analistas, Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), dirigido por Raúl Revuelta, es la firma aérea que mejor comportamiento ha tenido ante la crisis.De acuerdo con Rodríguez, los buenos resultados de GAP estuvieron respaldados por la ‘resiliencia’ de los aeropuertos de Tijuana y Los Cabos, el primero como un punto migratorio importante en la frontera norte y el segundo como uno de los principales destinos turísticos en el país.Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR) también tuvo un bajo impacto en sus ingresos, pese a su fuerte exposición a rutas internacionales concentradas en Cancún.“En perspectiva, terminamos el trimestre con efectivo y equivalente de efectivo de 6 mil millones aproximadamente lo mismo que en el año 2019.Confiamos en que estaremos bien posicionados cuando las condiciones de viaje vuelvan a ser sostenibles”, refirió Adolfo Castro, director general de ASUR en conferencia reciente con analistas.Pese a una recuperación en el tercer trimestre, las empresas se encuentran a la expectativa de un regreso al confinamiento, lo que sería catastrófico para el turismo que tiene su peor desempeño en la historia.Para el cierre del año, el pronóstico es que las aerolíneas tengan un saldo positivo, con ganancias operativas en el último trimestre del año que les inyectará recursos para mantenerse en vuelo.Sin embargo, la condición de empresas como Aeroméxico es complicada debido a las confrontaciones recientes con sus trabajadores, quienes no estarían dispuestos a aceptar modificaciones a sus contratos de trabajo que pongan en riesgo sus derechos laborales.