Antes, al menos en este país, dar la palabra bastaba para levantar una sociedad, para cerrar una venta o cumplir un trato; ahora es impensable, por ello el trabajo de los abogados ha ido en aumento, sobre todo en un escenario donde la justicia alternativa brinda una herramienta para acortar los procesos legales, eso es lo que recomienda Rafael Díez Rex, un joven abogado que desde hace dos años lleva su propio despacho en el que la asesoría corporativa es su fuerte. Para Rafael, establecer los términos y condiciones de una sociedad desde el origen protege de alguna manera a quienes integran la empresa en caso de que alguna eventualidad personal surja. De la mano, el área de litigio civil, mercantil, familiar y juicio de amparo ha crecido exponencialmente entre su cartera de clientes. Aunque el despacho de Rafael Díez es joven, su trayectoria es de 10 años. Como muchos estudiantes de derecho inició en notarías, como pasante en despachos hasta que finalmente, y luego de dos posgrados en la Universidad Panamericana, decidió emprender su propio camino. Una cartera de clientes fieles a su trabajo se fue con él y ahora lidera un equipo de seis personas. A sus 30 años Rafael reconoce el desafío que tiene enfrente, los retos que significan un despacho, pero también la gratificación de poder emprender. “Ha sido una gran experiencia, a todo hay que buscarle el lado bueno, todo es crecimiento personal y profesional. Como todo, retos interesantes, pero nada que no se pueda superar. Fue fascinante en cuestión de desafíos y aprender a manejar el tiempo”. Desde que abrió el despacho Díez Rex Abogados, Rafael tuvo claro que lo más importante era crear confianza y la única manera de lograrlo era construir buenos cimientos. “La filosofía siempre ha sido ‘hay que tener una base firme para poder crecer alto’. Entonces estamos construyendo las bases, nuestro equipo de trabajo está muy bien consolidado. Hay rotación de personal con pasantes, pero los abogados base estamos muy bien capacitados”. Rafael es un abogado joven, con mucha experiencia, pero forma parte de esas “nuevas generaciones” tan mencionadas hoy en día, sin embargo, reconoce que no se identifica del todo con el concepto porque comparte que “no aguantan tanto”. Ha tenido que esforzarse mucho para poder demostrar que “no sólo las canas importan” en una profesión como la suya y también ha tenido que luchar contra los estigmas para que cambie la percepción sobre los abogados. “Anteriormente se pensaba que eran personas que mantenían ‘estancados’ los casos (por dinero). Nuestra filosofía es pedir muy poco al inicio para solventar los gastos, pero casi todo lo cobramos hasta el éxito, para que los clientes sientan esa tranquilidad y sepan que vamos con ellos. Si a ellos les va bien, a nosotros nos va bien”. Para Rafael la recomendación es muy importante.Rafael es un abogado que se formó en un aula tradicional y con los libros de la biblioteca; sin embargo, reconoce que las herramientas que ahora están en la palma de la mano con un clic no están peleadas con la calidad. “Las herramientas tecnológicas nos han ayudado muchísimo; veo retos muy interesantes para las autoridades con la tecnología y la inteligencia artificial”.Ser joven no ha sido un problema para Rafael, aunque reconoce que en algún momento lo fue, basta con que un cliente reciba una asesoría para saber si la experiencia es suficiente o no. “En mi profesión las canas pesan. Me han tocado clientes que se van con personas mayores porque creen que por tener más edad tienen más experiencia. Nosotros nos medimos mucho a través de los juicios, y en los resultados nos ha ido muy bien. La autoridad no se va por la edad, el derecho se apega a las leyes”. De hecho está tan convencido que la recomendación es su mejor carta de presentación que, contrario a muchas otras empresas, su despacho no ha entrado al boom de las redes sociales para promoverse, aunque el despacho puede encontrarse como Díez Rex Abogados en Chapalita. Rafael -como muchos abogados- reconoce que la justicia alternativa es el futuro. “Desgraciadamente en nuestro país la justicia no es tan pronta. Es importante que como ciudadanos empiecen a prevenir sus conflictos a través de contratos. Antes en nuestro país todo era de palabra; dar la palabra ya no es lo mismo, las palabras se las lleva el viento. Hay que documentarlo todo por escrito, a la par de cualquier contrato que firmen, si firman un convenio de justicia alternativa esto le va a dar una sentencia en caso de incumplimiento, les evita un juicio, se lleva a cabo la sentencia y listo. Se ahorra tiempo, estrés y Jalisco es el Estado que más ha impulsado la justicia alternativa en México, y seguimos en eso”. Para el joven abogado, en sus propias palabras “el límite es el cielo”. CT