El precio promedio del kilo de tortilla podría llegar hasta 25 pesos en las próximas semanas, de no frenar la especulación de comercializadores de maíz, advirtió Arturo Javier Solano Andalón presidente de Grupos Unidos de la Industria de la Masa y la Tortilla en Jalisco.Argumentó que acaparadores de maíz usan de pretexto la incertidumbre que genera el conflicto Rusia-Ucrania, en el mercado internacional de granos, para amagar con subir hasta 10 mil pesos la tonelada.Informó que actualmente pagan ocho mil 400 pesos, aunque su precio internacional es de alrededor de siete mil pesos. Urgió a que la Procuraduría Federal del Consumidor y la Comisión Federal de Competencia Económica intervengan para evitar que la especulación impacte al consumidor de tortilla.“Están especulando, vulnerando a las familias. En necesario que les revisen sus costos y verifiquen si el precio que nos dan es el correcto, que de antemano sabemos que no; porque sabemos que los intermediarios les pagan a los productores del campo a seis mil pesos la tonelada y luego ellos le suben para tener más ganancia”, comentó.La tortilla en Jalisco cerró el año pasado en 19 pesos kilo y actualmente se ubica en 23 pesos, según la agrupación de tortilleros, precisaron que el costo final lo fija cada establecimiento de acuerdo con sus gastos.El representante de los tortilleros llamó al Gobierno estatal a intervenir en el tema para garantizar la seguridad alimentaria en la cadena maíz-tortilla. Refirió que además enfrentan el aumento en otros insumos como la harina de maíz y el gas LP, que calculó ha incrementado 12% en lo que va del año.El presidente de Grupos Unidos de la Industria de la Masa y la Tortilla en Jalisco sostuvo que a la par de la molestia de sus clientes por la subida de precio, los dueños de tortillerías enfrentan problemas para sostener su negocio y no descartó el cierre de algunos establecimientos o despido de personal. Recordó que las alrededor de siete mil tortillerías que hay a nivel estatal generan unos 20 mil empleos.Otro factor que suma para su incremento es la inflación en México que volvió a acelerarse en febrero luego de dos meses de retroceso y alcanzó una tasa anualizada de 7.28%, presionada por el incremento de los precios de algunos alimentos básicos de la dieta de los mexicanos como el limón y el aguacate.