El mercado mexicano regresó del “puente” con una fuerte caída. El Índice de Precios y Cotizaciones (S&P/ BMV IPC) incorporó la venta masiva de acciones registrada en todo el mundo al inicio de la semana y cayó 2.16 por ciento, su mayor descenso desde octubre del año pasado y que lo llevó a perder el piso de las 50 mil unidades. Durante la mañana, el índice llegó a bajar hasta 3.36 por ciento, para después recortar pérdidas y cerrar la sesión en 49 mil 304.94 unidades, en una jornada marcada por la volatilidad. Incluso, de las 35 empresas que integran el índice, sólo una cerró con ganancias y 34 mostraron pérdidas. De acuerdo con analistas de distintos grupos financieros, las caídas registradas ayer no se debieron a problemas económicos ni en México ni en Estados Unidos, sino a una corrección tras la racha positiva del último año. “Lo visto en el mercado el día de ayer (lunes) fue un tope más en el camino que hoy (ayer) se reflejó en México, y no el inicio de un punto de inflexión que provoque mayores alarmas en los mercados”, explicó en entrevista televisiva con El Financiero Bloomberg Alonso Cervera, economista en jefe para América Latina de Credit Suisse. Carlos Ponce, director general adjunto de estrategia de Bx+, coincidió en que los inversionistas no deben perder de vista los fundamentales y apegarse más bien a lo que están reflejando los datos económicos, sobre todo los de la economía estadounidense. Además de la aversión al riesgo y volatilidad proveniente del mercado norteamericano, los inversionistas también estuvieron atentos a datos económicos negativos en México, que exacerbaron el tono pesimista de la sesión. La confianza del consumidor cayó 3.1 por ciento en enero respecto al mes previo, en tanto que la inversión fija bruta tuvo un desplome de 4.06 por ciento en noviembre. De acuerdo con analistas, la decisión de política monetaria del Banco de México será el principal factor que seguirán los inversionistas esta semana, aunque los precios del petróleo y el desempeño del dólar también estarán en el radar. “Los factores que determinarán el comportamiento del peso mexicano durante la semana son: decisión de política monetaria de Banxico (la expectativa es que suba tasas de interés en 25 puntos base), nivel del precio internacional del petróleo y comportamiento generalizado del dólar (todavía dependiente del reporte de empleo de la semana pasada y de la expectativa de presiones inflacionarias en Estados Unidos)”, señalaron especialistas de CI Banco. “Consideramos que la autoridad monetaria en México subirá en 25 puntos base la tasa de interés. De cumplirse esta expectativa, aunque gran parte ya está descontado, la moneda mexicana podría registrar una ligera apreciación de forma temporal. Por consiguiente, durante la semana el peso mexicano podría fluctuar entre los 18.50 y 19.02 pesos por dólar”. Luego del desplome registrado durante el lunes, los principales índices bursátiles de Estados Unidos registraron ayer un rebote técnico, apoyado por compras de oportunidad, que arrojó al final la mayor ganancia desde finales de enero de 2016. Después de una sesión de altibajos, el promedio industrial Dow Jones cerró la sesión con una ganancia de 2.33%, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq subieron 1.74 y 2.13%, respectivamente. Según datos de Bloomberg, 12 mil millones de acciones cambiaron de manos durante la sesión, el mayor número desde noviembre de 2016. Respecto al promedio de los últimos 10 días, el volumen de negociación al interior del Dow Jones repuntó 72 por ciento. A pesar de las variaciones, la volatilidad, medida a través del índice VIX, cayó 19.7 por ciento respecto a la sesión previa, en la que había repuntado 115%. Por la noche, las bolsas asiáticas tuvieron una apertura positiva, en las que el índice Nikkei, de Japón, ganaba hasta 3.20%, en tanto que el Hang Seng, de China, subía 2.40%. ¿Tiempo de cautela? Para Juan Manuel Hernández, director general de Vanguard en México, las economías del mundo están en distintas etapas del ciclo: Estados Unidos está en un ciclo expansivo, y Europa y Japón más temprano en su ciclo, pero todas están en una etapa de crecimiento económico, lo que tiende a favorecer la renta variable, cuando las economías crecen las empresas también. Arturo Espinosa, director de Estrategia de Renta Variable de Santander, señaló que el mercado ha descontado que el fortalecimiento de la economía se va a traducir en una mayor inflación y, en consecuencia, en mayores tasas de interés. “Al igual que durante las correcciones registradas durante 2015 y 2016, es de esperar que veamos bajas adicionales y que la volatilidad del mercado accionario continúe durante varias semanas. Lo anterior dada la elevada valuación que alcanzaron los mercados accionarios de EU y ante la complacencia que prevaleció durante los meses recientes”, consideró.
