La vida del Ingeniero David Arenas podría servir para una serie de Netflix. Más allá de su exitosa carrera y de llegar aún más allá de lo que él mismo soñó desde niño, su historia de vida sirve para demostrar que en Estados Unidos no importa de dónde vienes, sino hacia dónde quieres ir… Claro, necesitas convencerte de que puedes, creer en ti mismo, armarte de valor y “echarle pichón”.Hasta los 8 años, creció en Pilsen en un barrio mexicano de Chicago donde dos culturas, idiomas y mundos colapsaban para poder definir y concretar el sueño americano.A los 10 años, ese mundo ya había desaparecido, así como su educación en inglés, y ahora era alumno de una escuela primaria de un pueblito de la Sierra de Durango, aprendió a manejar para ayudar en la distribución de cerveza Corona y servir de barman y mesero en el salón de fiestas del negocio familiar.A los 58 años, gracias a una experiencia de vida que incluye años de formación en México y a una carrera profesional ascendente, es hoy el único Comisionado de origen hispano en el organismo del estado de Illinois (el tercero más rico de Estados Unidos) que controla todas las obras públicas estatales, con un presupuesto asignado que supera en 5 veces el producto interno bruto anual de Jalisco.Rumbo al fin del mundoHijo de inmigrantes, nacido en Chicago en agosto de 1963, creció entre el inglés de su escuela primaria en un barrio de inmigrantes trabajadores y los veranos viajando a tierra de sus padres y abuelos. Cada viaje era una aventura. Había que atravesar caminos de tierra hasta llegar a La Purísima, un pueblito ubicado en el municipio de Tepehuanes, corazón de la Sierra de Durango.En 1972, como todos los años, cargaron el carro y llegaron cuatro días después. Pensaron que iban, como siempre, de vacaciones. Pero no regresaron más a vivir Chicago.Su abuelo le pidió a su papá que se quedara a administrar los negocios familiares, entre los que destacaba el más famoso salón de bailes del pueblo, el “Casino Arenas”, la distribución local de la cerveza Corona y una pequeña fábrica de mosaicos.Fueron años mágicos para David. Creció en un pueblo de emprendedores, de gente obligada por las circunstancias a rebuscarse la vida. Y él, gracias a la libertad que permite vivir en un pequeño pueblo, aprendió a los 10 años a manejar la camioneta de su papá y a ayudarlo en su trabajo, asumiendo responsabilidades y compromisos que le servirían para madurar antes que otros niños.Aún quedan en el recuerdo la infinidad de bailes y eventos que ayudó a organizar en el “Casino Arenas”. Imposible de olvidar los conciertos de una larga lista de agrupaciones musicales que comenzó con los famosísimos “Los Muecas”, el grupo bajacaliforniano que en sus múltiples giras por México en sus exitosos años setenta, gracias a los Arenas, recaló varias veces en La Purísima y en otras localidades en Durango.Guadalajara siempre presentePara quien vive en un rincón del Occidente de México, Guadalajara es la gran metrópoli. De Guerrero a Baja California todos los caminos conducen a la perla tapatía. No fue diferente para el joven David, que con buenas calificaciones la secundaria sabía que si quería una formación de excelencia en Ingeniería tendría que ir a la Universidad de Guadalajara.La familia llegó a Guadalajara en 1978. Su padre aceptó un trabajo en una compañía de transporte regional para que en 1979 David ingresara a la preparatoria, donde también destacó como alumno y le permitió ingresar a la escuela de ingeniería y prepararse como ingeniero civil.Aquellos años de estudio y trabajo le significaron una experiencia única.Todavía están en los archivos de las antiguas oficinas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología del Estado de Jalisco de aquellos años (hoy se llama Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial), decenas de documentos con los diseños de David, que trabajó de 1980 a 1983 en esa dependencia, haciendo los mapas de las redes que años después llevarían agua potable a las comunidades más remotas de Jalisco.Lo que vio en esas rancherías pobres, en esos caminos de tierra, fue una lección de vida que no olvidó jamás. Gente humilde sacrificando alguno de los pocos pollos que tenían para ofrecerle un plato de comida caliente al joven ingeniero, que se internaba por esos caminos olvidados para llevarles el agua algún día. Después de muchas horas de trabajo bajo el sol, el joven recibía la generosa recepción que los más pobres suelen regalar a quien llegan hasta un lugar remoto a trabajar por la comunidad.Volver a casaEn la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, a 2 horas de Chicago, está una de las mejores Facultades de Ingeniería del mundo. Para David, que tenía la oportunidad de regresar a Estados Unidos como ciudadano, ese era un más que un obvio próximo destino.Terminó el noveno semestre de la carrera en la Universidad de Guadalajara y dedicó meses a reunir la enorme cantidad de documentación que le exigían en Illinois para reconocerle sus estudios en México. Nunca bajó los brazos. Le llegaron a pedir más de 40 documentos traducidos, incluyendo una carta del gobernador del estado de Jalisco. Nada sería obstáculo para su sueño. Fue más de 10 veces a la oficina del entonces gobernador Enrique Álvarez del Castillo hasta que un día, después de 9 horas de paciente espera, le dieron la carta.Con 2 maletas con ropa y libros, y 300 dólares en el bolsillo, llegó a casa de sus tías en Chicago. Gracias a un préstamo estudiantil de emergencia y a un curso de inglés técnico que la universidad le obligó a tomar, pudo reinsertarse más rápido. Con gran esfuerzo, excelentes calificaciones, terminó su carrera y fue habilitado para ejercer su profesión en Estados Unidos.Un ascenso meteóricoEn 1987 obtuvo su primer trabajo como ingeniero en Mobil Oil, la petrolera texana que le encargó supervisar todas las construcciones de gasolineras en un área amplia de Washington, DC.Le siguieron 35 años de una carrera profesional ascendente, que incluyen importantes responsabilidades como vicepresidente de importantes compañías de construcción, bancos y proyectos de inversión en infraestructura en varios continentes.En 2018 abrió su propia consultora privada y en 2019 fue nombrado por el gobernador de Illinois, JB Pritzker, miembro de la Junta de la agencia estatal Banco de Desarrollo de Capital (CDB, por sus siglas en inglés) que supervisa el diseño, la construcción y la renovación de más de 8 mil 770 instalaciones financiadas por el estado de Illinois. La Junta ve todos los detalles de diseño y construcción de colegios y universidades, centros de seguridad pública, museos y sitios históricos, estadios, parques, centros de salud, edificios de oficinas y cárceles. El presupuesto operativo aprobado por la administración Pritzker del CDB supera los 10 mil millones de dólares.El ingeniero Arenas aún mantiene visión de proyectos importantes a lograr en México y en el estado de Jalisco, asesorando y canalizando inversiones de desarrollo, en tecnología e integrando cadenas de suministro a lo largo de Norteamérica, ante la amenaza del cambio climático.Una vida así, llena de tantas anécdotas, no puede resumirse tan fácil. Pero sirve para ilustrar a otro de los mexicoamericanos, con una historia única, que han llegado a cumplir sus sueños a base de esfuerzo y trabajo.PARA SABERNombrados por el gobernador de IllinoisLa Junta del Banco de Desarrollo de Capital (CDB, por sus siglas en inglés), es una agencia independiente del estado estadounidense de Illinois. Los miembros del CDB son nombrados por el gobernador de Illinois, quienes a su vez designan a un director ejecutivo que es responsable de la gestión diaria.En el verano de 1996 el ingeniero David Arenas ingresó a trabajar al banco de inversiones JP Morgan, en Nueva York, como parte de la experiencia que le obligaba a tener la Maestría de Administración de Empresas que cursaba en Kellogg en la Universidad Northwestern en Chicago.Coincidentemente en el día de su ingreso, por sus raíces mexicanas y su amplio conocimiento de la economía de México, fue invitado a participar del equipo que operó la primera gran emisión de bonos del Tesoro de México, autorizada por el entonces presidente Ernesto Zedillo.Esa operación es considerada la más compleja de la historia económica de México. Los fondos obtenidos le permitieron al país formar la base para saldar su deuda con Estados Unidos y dar por terminada la llamada “crisis del tequila”, que había iniciado en enero de 1995.Arenas, junto al entonces subsecretario de Hacienda, Martín Werner, participó activamente en el equipo que logró colocar $6 mil millones de dólares en bonos del Banco de México, dándole al país un acceso renovado a los mercados financieros.Gracias a esos recursos, en enero de 1997 (tres años antes de lo previsto) México terminó de pagarle a Estados Unidos los 20 mil millones que el presidente Bill Clinton autorizó de emergencia a México en el 95.