Cuando se utiliza un cajero automático para retirar efectivo, es común que se ofrezca la opción de imprimir un recibo con el resumen de la operación y el saldo restante. Aunque esta práctica pueda parecer inofensiva o útil, existen diversas razones por las cuales es preferible evitarla, tanto por seguridad como por conciencia ambiental.Los comprobantes generados por los cajeros automáticos contienen información sensible que, si cae en manos equivocadas, podría ser utilizada para actividades fraudulentas. Según expertos en seguridad, estos documentos suelen incluir detalles como el monto retirado, el saldo de la cuenta y, en ocasiones, datos parciales del número de tarjeta. Esta información podría ser aprovechada por estafadores para cometer fraudes financieros.Por ejemplo, un recibo desechado de forma incorrecta podría ser recuperado por un tercero, quien podría usar esos datos para suplantar la identidad del titular. Esto facilita tácticas como llamadas o mensajes fraudulentos, en los que se busca obtener información adicional para realizar transacciones no autorizadas.A pesar de los riesgos asociados con los recibos, conservarlos puede tener ventajas en determinados casos. Un comprobante físico puede servir como evidencia en caso de discrepancias con el banco, como errores en el monto retirado o problemas en la transacción. Además, algunas personas los utilizan para llevar un control detallado de sus finanzas personales.Sin embargo, si decides conservarlos, es importante almacenarlos en un lugar seguro, lejos del acceso de personas no autorizadas. Por otro lado, si no se requiere su conservación, es fundamental destruirlos adecuadamente, utilizando una trituradora de papel o rasgándolos en pequeños pedazos.Otro aspecto relevante es el efecto ambiental que implica la impresión masiva de comprobantes. Aunque parezca insignificante, el uso de papel en millones de transacciones diarias genera un impacto acumulativo considerable. Optar por alternativas digitales contribuye a reducir el consumo de recursos naturales y a disminuir la generación de desechos.En la actualidad, los bancos ofrecen diversas herramientas digitales para registrar y consultar las operaciones realizadas. Desde aplicaciones móviles hasta notificaciones automáticas por correo o mensajes de texto, estas opciones permiten a los usuarios acceder a su historial de transacciones sin necesidad de documentos impresos.Además, las plataformas digitales son más seguras, ya que la información está protegida mediante encriptación y medidas de seguridad avanzadas, reduciendo significativamente el riesgo de que los datos sean expuestos.BB