Si bien parte del mercado anticipa que la economía mexicana no crecerá más de 1 por ciento este 2019, el 2020 pinta para ser un año de una continua debilidad económica y riesgos fiscales, de acuerdo con economistas. Alonso Cervera, economista en jefe de Credit Suisse, revisó su pronóstico de crecimiento del PIB para 2019 a 0.7 por ciento desde 0.9 por ciento, lo que sería la tasa de crecimiento más baja desde 2009. Para 2020 espera sólo 1.9 por ciento, es decir, de concretarse este pronóstico aún sería el nivel más bajo desde 2013, cuando la economía creció 1.4 por ciento. “El crecimiento débil probablemente afectará aún más la confianza de los consumidores y las empresas, lo que podría impactar la todavía alta popularidad del presidente”, indicó Cervera, señalando que la inversión podría seguir deprimida, dadas las preocupaciones sobre los proyectos insignia del gobierno, incluido el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya. “La inversión privada parece estar todavía en un estado de crisis, ya que las empresas esperan una mayor claridad y coherencia de las acciones gubernamentales”, agregó. Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, aseguró que el año que entra tiene muchos retos y uno de ellos es el crecimiento, pues si bien los programas sociales han apoyado el consumo, la inversión sigue estancada y el crecimiento del país sufrirá por ello. “El 2020 se ve con bastante incertidumbre en materia de crecimiento, ya que hasta ahora se ha mantenido gracias al consumo estimulado por los programas sociales, lo cual no es lo recomendable”, dijo Coutiño. El especialista explicó que el problema es que un crecimiento basado en el consumo resulta transitorio, genera presiones inflacionarias y abre el déficit externo. “Esto se ve así, porque a siete meses del nuevo gobierno no hay señales ni acciones que indiquen un convencimiento del sector privado, lo cual mantiene reticente a la inversión”, indicó. Por otra parte, Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco Base, recortó los estimados de crecimiento del país para este año y el 2020, colocándolos en 1.0 y 1.6 por ciento respectivamente, afectado por el subejercicio del gasto del gobierno y la contracción de la inversión pública y privada. “El crecimiento previsto es menor al promedio de los últimos 20 años. Es importante que el gasto del gobierno tenga una estrategia contracíclica y se destine a la inversión física, los proyectos de infraestructura generalmente tienden a generar empleo y avivar la confianza de los inversionistas privados”, dijo durante la presentación de sus expectativas económicas para el cierre del año.El dilema de Hacienda Los economistas también señalaron que la Secretaría de Hacienda se enfrentará a un dilema en el futuro, derivado de un bajo crecimiento económico, pues tendrá que elegir entre recortar aún más el gasto para cumplir con las metas fiscales o relajar su postura fiscal para apoyar el crecimiento. “Un bajo crecimiento económico es probable que ejerza una presión a la baja sobre los ingresos fiscales, lo que obligará a Hacienda a elegir entre recortar aún más el gasto o aflojar sus objetivos fiscales, tanto en lo que resta del año, como en el futuro”, indicó Cervera. El economista en jefe de Credit Suisse señaló que probablemente en septiembre habrá más voces pidiendo una postura fiscal más flexible para estimular el crecimiento, lo que podría ser factible debido a que se podría ‘sacrificar’ un poco del superávit primario, que se estima será de 1.3 por ciento en 2020. “Para 2019, creemos que el gobierno alcanzará un superávit primario de 0.9 por ciento del PIB, incluso si algunos de sus críticos continúan llamando a sus esfuerzos de austeridad como un ‘austericidio’”, apuntó. Coutiño agregó que ante un panorama de bajo crecimiento económico, las autoridades deberán tomar decisiones importantes en materia fiscal. “El gobierno va a enfrentar un dilema en el 2020: seguir impulsando el gasto social a costa del erario con resultados en desequilibrio fiscal, o mantener el orden fiscal y arruinar el crecimiento”, dijo el economista. En el primer caso, explicó que la economía se enfilaría hacia una vulnerabilidad que podría poner en riesgo la estabilidad entre el 2020 y 2021. En el segundo caso, dijo que la economía estaría condenada a un crecimiento mediocre en aras de una disciplina fiscal mal diseñada, porque estaría basada en la contención del gasto y no en una solución estructural fiscal. Daniel Kerner, director gerente de Eurasia Group, indicó que las negociaciones del presupuesto para 2020 serán polémicas dado el limitado espacio fiscal, sin embargo prevé que el gasto del gobierno se reactivará en ese periodo. “Es probable que el gasto se recupere en el segundo año de López Obrador, probablemente siguiendo el ciclo de las administraciones anteriores y con presiones crecientes de una agenda ambiciosa (y errática)”, indicó Kerner.