Desde el domingo por la noche algunas personas se quedaron a dormir en la Avenida JVC, frente a la entrada del Estadio rojiblanco, para ser de los primeros en la fila en comprar sus boletos de la final entre Chivas y Toronto, correspondiente a la Concachampions, que da un boleto para el Mundial de Clubes que se jugará en diciembre.Las personas que se quedaron a dormir en la avenida se organizaron entre ellos para evitar que alguien que no realizaba el mismo sacrificio se metiera en la fila. En casa de campaña, cobijas o en cartones, durmieron un poco y esperaron con paciencia a que abrieran las taquillas.A las 10:00 de la mañana de este lunes llegó la policía para organizar la entrada, mientras que la gente de seguridad interna ya estaba en posición. Entraron en bloques de 50 personas, eran acompañados por un guardia hasta las taquillas y conforme se adquirían los boletos, salían de la zona hasta la avenida.Cabe señalar que se hizo una fila única. Quienes habían adquirido sus entradas de Chivabono y con hoja impresa, estaban junto quienes iban a comprar en venta general. Ya adentro, la seguridad los separaba para agilizar la venta y entrega de boletos.Las quejas son las de siempre en este tipo de eventos. Acusan a las personas que se quedan a dormir porque aseguran que trabajan para los revendedores. Una persona le dijo a la gente de seguridad y policía que debían poner atención a esos detalles porque en taquillas dicen que ya no hay boletos de algunas zonas, mientras que la reventa ofrece de todos lados.“Es increíble que no pongan atención en esto, la directiva es donde debe trabajar porque mucha de la gente que se viene a dormir, es de revendedores, los ubicas porque yo ayer vine en la noche y llegaban en carros a dejarles comida, refrescos, cobijas, lo cual es claro para quien trabajan. Pregunté por un boleto que vale 980, más lo que te cargan al hacerlo por Internet, sale como mil 200 y ellos esos mismos boletos, que ya no hay, los traen en dos mil 800 pesos mínimo”, señaló Dionicio Escatel.OF