Como ya es un ritual, otra presencia de Novak Djokovic en las últimas instancias de un Grand Slam trae consigo más récords.El astro serbio prosiguió ayer su metódica faena de reescribir los registros del tenis. En una jornada de sofocante calor en el US Open, dejó atrás a Roger Federer para convertirse en el hombre que más semifinales ha alcanzado en la historia de los Grand Slams, la número 47.Djokovic esculpió una actuación magistral al vencer 6-1, 6-4, 6-4 a Taylor Fritz, un estadounidense que venía precedido por una sucesión de cuatro victorias en sets corridos.Pero se estrelló contra un Djokovic en plena ebullición en Flushing Meadows. Después de llevarse un susto en la tercera ronda, cuando tuvo que revertir un déficit de dos sets ante su compatriota Laslo Djere, el nivel Djokovic va subiendo como la espuma, pues ha ganado nueve sets consecutivos desde que estuvo al borde del abismo.“Salí muy decidido. Tenía bien claro lo que necesitaba hacer en la pista”, sintetizó un Djokovic que presumió de su habilidad para canalizar los factores adversos.Situaciones como tener que jugar frente a un público local que trató de animar al suyo.“En el calor del momento, a veces, buscas aprovechar la energía del público para motivarte a ti mismo”, explicó Djokovic sobre su disciplina. “Hay otras veces en las que sencillamente te metes en tu burbuja, te concentras en respirar, asimilar el momento y enfocarte en el próximo punto. Se trata de adaptarse a cualquier tipo de circunstancia que se te pueda presentar y lo que se requiera para resolverla”.