El Gobierno de México, encabezado por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, prepara una estrategia para enfrentar un posible escenario de deportaciones masivas por parte del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Ayer, el gabinete federal sostuvo una reunión encabezada por la titular de la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, para fortalecer las acciones migratorias.En el encuentro participaron altos funcionarios como el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, y su próximo sucesor, Sergio Salomón Céspedes, quien asumirá el cargo en los próximos meses. También asistieron el canciller Juan Ramón de la Fuente, el general Ricardo Trevilla Trejo, titular de la Secretaría de Defensa Nacional, el comisionado de la Guardia Nacional, Hernán Cortés, y el secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales, entre otros.Rosa Icela Rodríguez subrayó que el Gobierno trabajará de manera coordinada para garantizar la seguridad de los mexicanos que pudieran ser retornados. “Trabajaremos unidos por el bienestar de nuestros connacionales”, declaró.En su conferencia matutina, la presidenta Sheinbaum señaló que su administración cuenta con un plan para atender a los mexicanos repatriados, aunque precisó que los detalles se darán a conocer en los próximos días.Ante las posibles medidas restrictivas de Trump, la presidenta pidió evitar relacionar a los migrantes con actos de violencia. “Somos un pueblo solidario y generoso; la mayoría de las personas migran por necesidad, buscando un mejor futuro para sus familias”, enfatizó.Sheinbaum reconoció las preocupaciones en urbes fronterizas como Ciudad Juárez por la posible llegada masiva de deportados. Sin embargo, rechazó que la migración genere problemas de seguridad. “Necesitamos una visión distinta. Los migrantes buscan mejores oportunidades y merecen ser tratados con dignidad”, afirmó.En 2024, México registró un récord de 925 mil migrantes irregulares en tránsito por su territorio, un incremento del 132 % en comparación con el año anterior. A pesar de este contexto, la presidenta expresó escepticismo sobre la realización de deportaciones masivas, pero aseguró que el país está listo para responder.La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que se dará acompañamiento a las caravanas de personas migrantes que transiten por el país, a días de que Donald Trump asuma el cargo como presidente de Estados Unidos. Durante su conferencia de prensa matutina, señaló que habrá un periodo de transición en la titularidad del Instituto Nacional de Migración, por lo que Francisco Garduño continúa al frente. “Se les va atendiendo en el camino, se les orienta, se les da incluso la posibilidad de que tengan trabajo en México. Muchos, como van caminando, deciden regresar a sus países de origen”, expuso. Dijo que, a través de estos esquemas, se ha logrado que no lleguen a la frontera con Estados Unidos. Sobre el nuevo titular del INM, mencionó que el proceso de transición durará algunos meses, hasta que Sergio Salomón asuma el cargo. Cuestionada sobre si sumará a expriistas como representantes de México en el exterior, como se hizo en el sexenio pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que quienes se incorporaron a la 4T como embajadores “lo han hecho muy bien”. “No veo por qué deba haber preocupación. Lo han hecho muy bien, la verdad, han trabajado muy bien todos los embajadores y embajadoras, y además es parte de las atribuciones que tiene el presidente o la presidenta de la República, entonces no se está afectando”. SUNLas autoridades mexicanas envían a los migrantes a ciudades como Tapachula y Tuxtla Gutiérrez en Chiapas, a Villahermosa en Tabasco, a Mérida en Yucatán, o a Chetumal en Quintana Roo, para dispersarlos, según el director del Centro de Dignificación Humana, Luis Rey García Villagrán.El activista, quien suele acompañar a las caravanas migrantes, señaló que la instrucción del Gobierno de México es no dejar pasar a los migrantes a la capital mexicana.El defensor de derechos humanos afirmó que “a los migrantes se les están poniendo más trabas para llegar” al norte, por lo que ahora optan por “rutas peligrosas”.
