
San Román salva la tarde
En una corrida con toros de poca casta, el queretano corta tres orejas

Diego San Román respondió en una tarde de poco espectáculo. ESPECIAL
Diego San Román cortó tres orejas en una tarde de triunfadores en la que debilidad fue el común denominador sobre el ruedo de la Nuevo Progreso, impidiendo el lucimiento de los otros dos espadas.
El triunfador de la décima corrida de reapertura se enfrentó al tercero de la tarde llamado “Ecologista”, al que recibió con un catálogo de toreo de capa, dos largas cambias de rodillas, tres verónicas de hinojos, dos verónicas de pie, tres chicuelinas y una revolera que emocionaron al tendido.
En el tercer tercio el toro demostró su poco fondo, regateando las embestidas, pero el queretano dejó ver su poder con la muleta, toreando en redondo, de pie y de rodillas, pinchó en el primer viaje y mató al segundo intento para cortar una oreja.
Cerró plaza con “Valeroso”, un toro que no pasaba, además de caer como fue el común de la corrida; ni medias embestidas entregaba el toro. San Román estuvo voluntarioso, buscando por ambos pitones, dejó una estocada que le dieron dos orejas un tanto sobradas.
Con Juan Pablo Sánchez y Ginés Marín los toros de la ganadería de Garfias mostraron su falta de casta y debilidad.
Con su primer toro, Sánchez logró cuajar algunos pases templados. Al momento de matar dejó media estocada tendida, y el burel cayó tras dos intentos de descabello. Con el cuarto de la tarde la historia se repitió, el animal tenía poca fuerza y poco o nada pudo hacer el hidrocálido.
Ginés Marín poco pudo lucir frente a su primer astado, que perdía las manos constantemente. El toro cayó al ruedo sin ser estoqueado y el juez ordenó que se apuntillara, más al sentir de cerca al puntillero el burel se levantó. Dejó una estacada caída. Silencio y pitos al toro en el arrastre.
Frente a su segundo toro al español se le vio sobrado de recursos, se dobló con él para llevarlo a los medios, toreando por natural y rematando con molinetes, estructuró una faena limpia. Un pequeño sector del público comenzó a pedir el indulto, más el toro no merecía dichos palmarés, Marín no se dio cova y se tiró a matar, yéndose sin trofeos.
CT
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