La última jugada del Heat estuvo diseñada por el entrenador Erik Spoelstra. Decidió que Goran Dragic le enviara el saque a Josh Richardson, para que decidiera quién debía intentar el disparo.Richardson decidió que el autor del tiro sería él mismo. Y tuvo razón.Encestó en bandeja a 5.1 segundos del final, con lo que coronó una remontada de Miami, que perdía por ocho puntos en el cuarto periodo y superó ayer 103-102 al Jazz de Utah.“Decidieron darme el balón a mí, y yo estaba un poco sorprendido”, relató Richardson.Tan sorprendido, que rogó a Wayne Ellington y a Tyler Johnson estar listos para que les enviara algún pase. Pero se abrió un hueco hacia el aro, por lo que Richardson condujo y anotó.Donovan Mitchell falló un disparo que le hubiera dado la victoria a Utah justo cuando sonaba la chicharra.Tyler Johnson y Dragic colaboraron con 16 unidades cada uno a la causa de Miami, que ha ganado cuatro duelos en fila —todos por ventajas de menos de 10 puntos—. Se trata de la mejor racha del Heat en este tipo de encuentros desde noviembre de 2012.Richardson y Hassan Whiteside contabilizaron 14 tantos por cabeza, mientras que Kelly Olynyk sumó 12.Mitchell anotó 19 de sus 27 puntos en la segunda mitad, pero no salvó a Utah de su séptima derrota consecutiva en cancha ajena. Ingresó en la duela para realizar el último saque y terminó intentando un disparo que no entró en el aro justo cuando el tiempo se agotaba.“Debí haber entendido mejor la jugada en vez de intentar el disparo”, reconoció Mitchell.