El despido de Jaime Lozano como director técnico de la Selección Mexicana destapó, otra vez, el mal manejo que existe en el futbol nacional; pasan los años y las promesas de los altos mandos de la Federación Mexicana de Futbol siguen sin cumplirse.Para el periodista deportivo Jaime Gallardo, la llegada de Lozano al banquillo tricolor fue un fracaso muy anunciado porque, de primera instancia, nunca debió de haber llegado. A esto, se le suma que la posible contratación de Javier Aguirre apela más a la nostalgia de los resultados de hace más de una década a que, de verdad, sea un análisis a profundidad de lo que necesita la Selección.“El problema no era Jaime Lozano, sino que nunca debió llegar porque, a mi parecer, no reunía el perfil para ser director técnico de una Selección tan emproblemada como lo es la mexicana. Es increíble que después de año y medio nada más, del fracaso colosal en el Mundial de Qatar, México vaya a tener tres entrenadores de perfiles radicalmente diferentes.”“Con lo de Javier Aguirre están recurriendo al viejo dicho de que más vale malo por conocido que bueno por conocer, hay que recordar que en las dos ocasiones en que Javier llegó al mando del tricolor fue al salvamento. Ahora, vamos a ver que Javier Aguirre vemos, un hombre ya veterano, un hombre que hay que decirlo, tiene un perfil como entrenador para rescatar equipos que están con problemas de descenso, y no para estar al frente de conjuntos como Monterrey”, comentó Gallardo. Agregó que, los dirigentes de la FMF no son quienes realmente tomen las decisiones del tricolor, ya que: “lo que hoy ocurre es simplemente un retrato de cuerpo completo, por si alguien tenía duda, de quiénes son quienes verdaderamente mandan y toman las decisiones radicales en el fútbol mexicano. Sin duda que son los dueños de los equipos, los que tienen el poder de decisión, los que simplemente no tienen la voluntad de cambio.”SV