En esta campaña parece que estamos haciendo una regresión a 2002 y eso no lo tomamos a mal, sino todo lo contrario.Cuando algunos miembros de esta trinchera éramos unos pubertos que apenas estábamos descubriendo qué era la NFL, existía entonces un jugador llamado Michael Vick, quien acaparaba los resúmenes de dos minutos en Los Protagonistas o en La Jugada, pues su forma de juego era espectacular.Ahora, su nombre ha resurgido y no porque volvió a las andadas con los perritos, sino porque figuras actuales de la Liga emulan su estilo de jugar y parece que lo superan.Vivimos en una era en la que el mariscal de campo también tiene que ser hábil con sus piernas y no sólo con su brazo, algo que comenzó cuando Vick llegaba a rozar o superaba las 100 yardas por tierra y que ahora en ocasiones hacen Lamar Jackson, Deshaun Watson y en menor medida Russell Wilson.Para los puristas esto resulta negativo, pero para quienes aman el espectáculo se agradece que existan esos jugadores que se atrevan a romper con lo convencional y que le pongan sabor a un caldo que ya estaba bueno.En este espacio ya parecemos disco rayado, pues no nos cansamos de alabar el trabajo de Lamar Jackson y los Ravens, quienes han resultado ser la más grata sorpresa de la Liga en los últimos tiempos y para abonar a ello, pues se encargaron de desaparecer a un equipo de los Rams que se supone tenía una defensiva decente y un ataque respetable, pero que no aparecieron el pasado lunes por la noche.Andamos muy cariñosos en este podio, pues ya tampoco nos podemos resistir a la magia de Jimmy Guapoppolo y sus 49ers, que además de ser bastante efectivos al ataque al mando del MBP (Most Beautiful Player, recuerden), tienen una defensa que si parpadeamos nos podríamos perder de su hambre por destrozar al rival, tal y como le ocurrió a los Packers el pasado domingo, demostrando que estos muchachos de San Francisco sí son de verdad.Es momento de admitir que tal y como ocurrió con los Broncos de 2015, los Patriots de Nueva Inglaterra están ganando a pesar de su quarterback. Tom Brady ha ido disminuyendo su fuerza, y aunque no es tan malo como el Peyton Manning de hace cuatro años, lo cierto es que si no estuviera siendo respaldado por su defensa, los actuales campeones tendrían otro par de derrotas este año.1. En pelea de inválidos contra Washington, los Lions de Detroit demostraron por qué año con año caen de manera más estrepitosa que el peso ante el dólar. Ya decíamos la semana pasada que la lesión de su mejor hombre era un factor, pero el perder ante un equipo desahuciado ya es un nuevo nivel de mediocridad que acaba de ser descubierto gracias a estos Lions.2. Uno de los equipos de los que poco hemos hablado en este espacio de papel es el de los Jaguars, pero la verdad no teníamos necesidad de hacerlo porque se trata de una franquicia que, durante gran parte de su historia, ha sido mediocre... y eso es halago de nuestra parte. Ni los tamaños de Nick Foles ni el encanto de Gardner Minshew sacaron a estos felinos del hoyo.3 Y si nos ponemos a hablar de decepciones, no hay una más grande que la de los Eagles de Filadelfia, que aún y estando en una División mediocre en la que el líder ha perdido cinco de 11 juegos, los campeones de hace un par de años andan dando pena tras pena. Ni Carson Wentz es la sombra de lo que fue hace unos meses.Sigan diciendo que no es hábil para pasar, que al cabo juego a juego les irá dando un periodicazo en la boca. Por segunda ocasión esta temporada, el mariscal de campo de los Ravens lanzó cinco pases de anotación en un juego y de ahora en adelante es nuestro cuervito para llevarse el premio al Jugador Más Valioso.Sin meternos en temas que no nos competen, el entrenador en jefe de los Cowboys es el hombre más odiado en todo Texas, luego de evidenciar por enésima ocasión que no tiene la capacidad de hacer ajustes durante un juego para que su equipo pueda ganar, tal y como lo hizo este pasado domingo ante los Patriots.