Miguel Ángel López Díaz, mejor conocido como Rey Misterio Sr., fue un luchador mexicano nacido el 8 de enero de 1958 en Tijuana, Baja California; su incursión a la lucha libre nacional marcó un antes y un después en el deporte, porque no solo destacó en el tema individual, sino que, además, fue el fundador de toda una dinastía y guío a múltiples luchadores, el más destacado, su sobrino Rey Mysterio, quien alcanzó el éxito a nivel internacional. A pesar de que Rey Misterio Sr. no logró la fama fuera de México, su labor dentro de la lucha mexicana, sobre todo en Tijuana, donde es considerado una leyenda local, permitió que su nombre se escribiera con letras de oro dentro de la historia de la disciplina porque fue de los primeros en adoptar el enfoque formativo. El tijuanense siempre estuvo cerca del deporte y su primera opción fue iniciarse en el boxeo. Sin embargo, después de desarrollar un cuerpo más grande y musculoso, sus golpes carecieron de la velocidad y fuerza que se necesita, por lo que sus entrenadores le recomendaron buscar un lugar en la lucha libre. Con el apoyo de su hermano, su carrera inició en los cuadriláteros. Un 6 de enero de 1976, Rey Misterio Sr. debutó como luchador profesional en un evento llamado “Día de los Reyes”. Este fue un comienzo de una figura clave en la lucha libre mexicana, no solo por su carisma y condiciones sobre el ring, sino también por su compromiso a desarrollar nuevos prospectos para mantener viva la tradición de la disciplina. En 1987, en compañía de Negro Casas y Súper Astro, fundó su gimnasio que sirvió como escuela para futuros luchadores talentosos como Konnan, Psicosis (Nicho el Millonario), Damian 666, Halloween y, por supuesto, Rey Mysterio Jr., quien recientemente entró al Salón de la Fama de la WWE. A nivel internacional, Rey Misterio Sr. actuó en el evento “Starrcade World Championship Wrestling” y también compitió en el “Memorial de Pat O’Connor Copa Internacional”, representando a México. Aunque su fallecimiento se anunció este viernes, su legado seguirá vivo por sus imborrables intervenciones en la lucha libre mexicana que sirvió como fuente de inspiración para un sinfín de luchadores y aficionados. YC
