La relación entre Chivas y su afición se ha vuelto insostenible, pues luego de que cayeran contra Puebla en el estadio Akron, las gradas del inmueble resonaron al son de un mismo grito: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.El juego ante los “Camoteros” fue trágico para el Guadalajara, pues además de que los dejó sin posibilidades matemáticas de calificar a la Liguilla, también terminó con la paciencia de una afición que ya soportó ocho juegos consecutivos sin conseguir un triunfo.El de Chivas con su gente fue un divorcio anunciado desde semanas atrás, pero confirmado hasta este partido, pues antes de irse al descanso los abucheos ya eran algo común cada que el Guadalajara tocaba la pelota. Con este 3-1 en contra, el Rebaño se encargó de romperle el corazón a miles de rojiblancos que, pese a todo, se dieron cita en el estadio, pues aunque ya suman un par de meses sin ganar, el Akron lució una buena entrada que distó mucho de lo mostrado por el equipo en la cancha.Este descalabro ante los poblanos fue el octavo tropiezo del torneo para Chivas, pero su crisis va mucho más allá, pues con este resultado también aseguró su cuarto torneo consecutivo sin liguilla.En poco más de un mes, el Guadalajara cumplirá dos años desde la última ocasión en que fue campeón, (Clausura 2017), pero hoy su realidad está muy distante de aquellos días en los que comulgaba con su afición y con el éxito.
