La opción del cierre patronal dentro de las Grandes Ligas a partir del próximo 1 de diciembre fue presentada ayer por el comisionado Rob Manfred como algo que podría favorecer el proceso de negociación del nuevo convenio colectivo y evitar que la próxima temporada se de una huelga dentro del deporte pasatiempo nacional.Aunque los dueños todavía no han decidido sobre el cierre patronal si no hay un nuevo acuerdo firmado después de que expire el actual, Manfred reconoció que sería lo más conveniente de cara a que no sucediese como en 1994 cuando no se hizo y luego se generó la huelga que la definió como un completo desastre para todos.“Un cierre de temporada baja que hace avanzar el proceso es diferente a una disputa laboral que cuesta partidos”, subrayó Manfred. “No creo que en 1994 haya funcionado demasiado bien para nadie. Creo que tenemos que mirar otros deportes. El patrón se ha convertido en controlar el momento de la disputa laboral y tratar de minimizar la posibilidad de una interrupción real de la temporada. De eso se trata. Es evitar dañar la temporada”.La lucha laboral fue el foco principal de los dueños, presidentes de equipos y ejecutivos de la Liga que se reunieron menos de dos semanas antes de que expire el acuerdo, y con poco progreso hacia uno nuevo, aunque esta vez las partes trabajan en el asunto de manera conjunta y Manfred destacó que todas las partes llegan con propuestas que deben ser estudiadas de manera positiva.“Entendemos, entiendo, que el tiempo se está convirtiendo en un problema”, admitió Manfred. “Eso es un desafío. Hemos tenido desafíos con respecto a la realización de acuerdos laborales antes, y tenemos un historial bastante bueno de superar esos desafíos”.La racha de paz laboral de 26 años en las Grandes Ligas que se produjo inmediatamente después de la huelga de 1994 que resultó en la cancelación de una Serie Mundial, está en peligro después de un periodo inestable de cinco años durante el cual los jugadores se molestaron por el salario promedio en el deporte, que se vio afectado por la suspensión de partidos debido a la pandemia del coronavirus.El sindicato ha trabajado en cambios como elevar el umbral del impuesto sobre el equilibrio competitivo hasta pagar más a los jugadores más jóvenes y desincentivar las pérdidas al penalizar a los equipos que actualmente se benefician de hacerlo con selecciones altas en el Draft.La liga, que busca expandir los playoffs y otros cambios en el campo, ofreció una propuesta económica central en agosto que el sindicato descartó rotundamente como insatisfactoria.El abismo entre las partes se manifestó en público durante las negociaciones sobre cómo dar forma a la temporada 2020, que se retrasó durante meses al comienzo de la pandemia. Después de múltiples propuestas en ambos sentidos e intentos tardíos de llegar a un acuerdo, Manfred, como era su derecho del acuerdo de marzo entre las partes, impuso una temporada de 60 partidos.