Como tantos otros niños en Argentina, José Torres solo quería jugar al futbol, hasta que las piruetas de un rider de una bicicleta BMX lo eclipsaron.La adrenalina de ese deporte desconocido para la mayoría de sus compatriotas y considerado un hermano menor del ciclismo, se volvió una adicción que una pelota ya no satisfacía y ya no pudo bajarse de las rampas.A los 29 años, Torres alcanzó la gloria como campeón olímpico en la categoría park del BMX freestyle de los Juegos Olímpicos de París, tras completar una sublime primera tanda que alcanzó para resistir lo mejor del campeón mundial británico Kieran Reilly y la estrella francesa Anthony JeanJean.Fue la primera medalla para su país en esta edición de los Juegos.“Comencé jugando futbol como todos los argentinos. De repente en una plaza vi una persona que giró en bicicleta, hizo giro para atrás. Nos causó mucha adrenalina y empezamos a montar bicicleta. Empecé a practicar el deporte y después a competir”, recordó Torres.En su debut olímpico, el “Maligno” Torres rompió con todos los pronósticos, ya que no asomaba entre los favoritos para el oro e incluso el podio. El rider recibió un puntaje de 94.82 por parte del jurado en su primera salida, que resultó invencible para sus rivales.“Buscamos saltar de una rampa a la otra, transferencias. Acá no lo estaban haciendo muchos. Me ayudó a sumar mucho. Traté de buscar la perfección, la limpieza en los trucos. Al final terminé con algún truco medio fuerte, más el uso completo del parque, los jueces lo valoraron y me dieron el mejor puntaje”, describió.