Resulta que todas esas comparaciones con Michael Phelps no eran tan descabelladas después de todo en cuanto a Léon Marchand.Y es evidente que no son un carga pesada para el francés de 22 años.Marchand completó uno de los más audaces dobletes en la historia de la natación la noche al ganar ayer los 200 metros mariposa y los 200 pecho, todo en un intervalo de dos horas en los Juegos Olímpicos de París.Dos carreras que exigen un esfuerzo físico extraordinario. Dos brazadas distintas. Dos récords olímpicos. Dos medallas de oro.Toma nota, Phelps, quien completó dobletes propios cuando se embolsó un botín récord de ocho oros en los Juegos de Beijing 2008.“Realmente disfruté cada momento de esas dos finales”, dijo Marchand. “Nadar ha sido un placer. Me tocaron excelentes rivales. Los (200) mariposa han sido alucinantes. Estoy muy orgulloso por todo”.Para el éxtasis de sus compatriotas, Marchand cantó victoria por segunda y tercera vez en la Arena de la Défense y se estableció -en unas justas de verano que aún no cumplen su primera semana- como una de las grandes figuras de los Juegos.Después de venir atrás para vencer al campeón y dueño del récord mundial Kristóf Milák en los 200 mariposa con un memorable remate, Marchand ganó los 200 pecho con una facilidad pasmosa.Lideró de punta a punta al cronometrar dos minutos y 5.85 segundos, mientras que más de 15 mil espectadores, muchos con carteles con su rostro sonriente, deliraban dentro del recinto.“¡Léon! ¡Léon! ¡Léon!”, gritaron desaforados, un cántico que encontró eco en todo París.En los 200 mariposa, Marchand tocó la pared con un récord olímpico de un minuto y 51.71 segundos. Superó al húngaro Milák por cuatro centésimas de segundo. La última vuelta de Marchand fue 66 centésimas más rápida que la de los demás, y de 1.26 sobre Milák. El bronce fue para el canadiense Ilya Kharun.Tras una vibrante interpretación de “La Marsella”, los otros dos medallistas se quedaron para sacarse fotos en el podio.Marchand, en cambio, se fue a la piscina de prácticas. Le quedaba otra carrera. Y respondió al reto.Tendrá unas cuantas horas para descansar. Lo que sigue son los 200 combinados y con ello la búsqueda de su cuarto oro olímpico para acercarse peligrosamente al hito de Phelps de 2008.“Estoy muy orgulloso de él”, dijo su entrenador, el estadounidense Bob Bowman, quien también fue el gurú de Phelps. “Eso ha sido algo histórico y colosal”.