De los más de 100 deportistas que México llevará a los Juegos Olímpicos de París, casi la mitad viene de las filas castrenses. La fuerte presencia responde a una realidad: las Fuerzas Armadas se han convertido en los últimos años en la tabla de salvación para muchos deportistas que han encontrado allí un respiro económico.Eso bien lo sabe el clavadista Kevin Berlín Reyes, medallista de bronce en el Mundial de Fukuoka en los 10 metros sincronizado y quien a inicios de 2023 enfrentó una crisis cuando el ente rector del deporte en México le retiró una beca que puso en vilo su participación en los Juegos Olímpicos.Sin suficientes recursos para cubrir sus gastos, Berlín Reyes entró en una encrucijada: seguir o no con una carrera deportiva de 16 años que inició desde muy niño.En un intento desesperado por conseguir ingresos, el clavadista de 23 años inició un negocio de venta de café y comenzó una batalla legal, que ganó recientemente, para lograr que la Conade le restituyera la beca que le retiró a él y a otros deportistas acuáticos. Finalmente, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aprobó este año su ingreso a las filas castrenses con lo que aseguró un salario mensual y una serie de beneficios sociales para él y su familia. Su caso no es aislado. Dos compañeras clavadistas, Alejandra Orozco (plata en Londres 2012 y bronce en Tokio 2021) y Gabriela Agúndez (bronce en la capital japonesa) encontraron también un respiro al alistarse en el ejército entre 2019 y 2021, lo mismo que Randall Willars Valdez, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud del 2018.