El viernes 22 de septiembre de 2000 quedó grabado en la historia de la portada de El Informador un suceso muy especial, debido a que Noé Hernández ganó medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sydney, en los 20 kilómetros de marcha.En esa disciplina estaba proyectado para medalla Bernardo Segura, quien logró entrar en el medallero, pero tras unos minutos, le informaron que estaba descalificado. El otro joven que tenía muchas probabilidades de estar en el podio era Daniel García, quien había sido doble medallista en campeonatos del mundo, pero fue Hernández, el atleta en el que menos se pensó, el que terminó dándoles alegrías a México.Uno de los sueños que tenía el marchista del Estado de México era ser jugador de futbol profesional.Entrenaba con el Toros Neza, pero la necesidad económica lo obligó a abortar la misión, pero su entrega le dio revancha y fue en la marcha donde pudo encontrar ilusión para brillar, cumpliendo en Sydney un sueño, el de estar en unos Juegos Olímpicos. Hernández tenía pocos reflectores, tan es así que en la parrilla de salida estuvo en medio de todos los competidores, aguantando el ritmo en espera del momento exacto de explotar su potencial, el cual llegó a la altura del kilómetro 15, cuando ya estaba pisándole los talones a los punteros.A partir de ahí comenzó la lucha con todo. Los esfuerzos, energías que estaban retenidas para buscar en la recta final soltar, comenzaban a hacer acto de presencia en busca de ir metiendo presión para desgastar a sus rivales. Ahí estaban en la lucha el polaco Korzeniowski, el ruso Andreyev, quienes apretaron a Noé, Segura y compañía, pero a éste último poco le molestaba la constante presión de los rivales, pues el mexicano tenía la cualidad de aguantar los cierres y dar el máximo esfuerzo sobre el final, algo que compartía también Noé Hernández.El Informador dio cuenta del cierre espectacular que se dio, ya que aguantando presión y soltándose en momentos precisos, lograron entrar Segura en primer lugar, el Polaco Robert Korzienowski como segundo y en tercera posición Hernández, quien tras la polémica descalificación de Segura ascendió al segundo puesto. El mexiquense no olvidó jamás ese día de la premiación. Al subir al podio con su medalla de plata se llevó las miradas de todo el mundo, ya que el polaco Korzienowski se acercó a él para dirigirle unas palabras, entre felicitación, asombro y una confirmación: “Felicidades, eres el novato ¿verdad? Bueno, ya ni tan novato”.El también llamado “Chivo” por sus más allegados, desde ese momento dejó de ser el novato al que no conocían, porque ya estaba en la cima de la marcha y su vida cambió, así como la de toda su familia porque vio cristalizado todo el esfuerzo económico que habían realizado.En el comienzo de su carrera como marchista tuvo demasiados problemas de dinero para asistir a los entrenamientos, así como con la poca credibilidad que le daban sus colegas y algunos entrenadores, pese a estos hechos, Hernández llegó a su primera competencia a nivel internacional en 1997, en Apodaca, Nuevo León, y desde entonces comenzó a escribir su historia, la cual hoy es recordada por todos.