Lo que Alondra Jaime admira del rugby es que se juega con integridad, pasión, solidaridad, disciplina y respeto, pues son valores que engloban un deporte que dentro de la cancha es muy intenso, pero fuera de ella permite crear comunidad.A sus 23 años, es maestra de natación en una casa hogar y pertenece a la Legión de Cuervos Rugby Club, pero todo inició en 2017, cuando la Universidad de Guadalajara abrió un taller de rugby mixto. Ella pensó que era como el futbol americano, así que se inscribió. Esa decisión que le cambió la vida, no ha sido ajena a la desigualdad de género, pues ella nota falta de apoyo e incluso inversión hacia los equipos femeniles en comparación con los varoniles. Tanto así, que un día les ofrecieron usar los uniformes del equipo de voleibol varonil, pues no hubo dinero para comprar los suyos.Pese a esta injusticia, apostó por el rugby para demostrarle a su universidad lo mucho que valían como deportistas, algo que han hecho en varias competencias nacionales.Alondra aconseja a niñas, adolescentes y mujeres interesadas en el rugby que no tengan miedo de jugarlo, pues aunque es un deporte de mucho contacto, cada golpe las hará sentir empoderadas.