El delantero brasileño Neymar, blanco de duras críticas por su desempeño en el Mundial de Rusia, defendió su estilo de juego, rebatió las críticas con un toque de ironía y anunció que se queda en el París Saint-Germain frente las especulaciones que le situaban en el Real Madrid."Mi futbol es de regate. No puedo decir a mi adversario: 'Mi amor, con permiso, me deja hacer gol'", afirmó en la víspera el ''10'' de la Canarinha en su primera aparición pública desde el Mundial, con motivo de una subasta de beneficencia organizada por el Instituto Neymar.Después de unos días recluido en su mansión de Río de Janeiro, con apenas unas pocas manifestaciones en sus redes sociales, Neymar rompió su silencio para defender la grandeza de su nombre, aunque sin el menor atisbo de autocrítica."¿Desvalorizado? Salí de la Copa y hasta ahora están hablando de mí. Entonces no me desvaloricé. No me olvidan nunca", respondió."Sé que las cosas caen sobre mis espaldas, pero no hay problema. Mis espaldas son bien anchas, ya estoy acostumbrado a eso", añadió.La actuación del delantero en Rusia fue cuestionada por grandes figuras del futbol mundial, como su compatriota Ronaldo Nazário o el holandés Marco van Basten, y hasta el propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se pronunció sobre el asunto.Se le acusó de falta de "estabilidad emocional" sobre el césped y de exagerar sus reacciones al recibir faltas de los rivales."Tengo que intentar regatear. El marcador no me va a dejar pasar y acaba haciendo la falta. ¿Me gusta recibir falta? No, hace daño. Quien nunca vivió eso, no va a saber", expresó.Neymar ya da por superada la prematura eliminación en cuartos del Mundial frente a Bélgica ("El luto ya pasó") y para pasar página y ratificar su amor por Brasil se ha tatuado esta semana en el pecho la frase "Gigante por Naturaleza", que es uno de los versos del himno del gigante sudamericano.Su entorno más próximo siguió la misma línea, sin grietas y protegió a la estrella del PSG."Neymar es el mismo de la época del Santos. Es el mismo jugador, no mudó nada. Conquistó todo lo que conquistó de la misma forma. ¿Por qué cambiar si las cosas están funcionando?", se preguntó Neymar padre."Todo en la vida de Neymar es exagerado, tanto los elogios como las críticas. Eso es normal, está en el guion. Nosotros solo tenemos que tener tranquilidad, reflexionar, saber lo que hizo bien y lo que no (...) Por la grandeza como jugador, eso es normal", apuntó.El presidente del PSG, Nasser Al Khelaïfi, también 'mimó' a su estrella, aunque reservó alabanzas para el gran triunfador de Rusia, el delantero francés Kylian Mbappé, quien con apenas 19 años ha conseguido lo que tanto anhela Neymar: un título mundial."A mis jugadores les fue muy bien en la Copa. La presión era grande sobre Brasil, pero Francia hizo una Copa del Mundo fantástica y mereció ser campeón. Mbappé fue increíble y Neymar hizo lo mejor posible después de la lesión", comentó Al Khelaïfi a la emisora 'FoxSports'.Neymar también aprovechó la ocasión para zanjar otro asunto, continuará el París Saint-Germain después de las múltiples especulaciones que le vinculaban al Real Madrid, especialmente tras la marcha del astro portugués Cristiano Ronaldo."Me quedo en el París. Tengo contrato y quiero triunfar con este club", aseveró.Varios medios de comunicación han publicado que emisarios del Real Madrid se han reunido en los últimos meses con el entorno del jugador para explorar las posibilidades de un fichaje que rompería el mercado.Para Neymar y ese entorno, todas esas especulaciones fueron creadas por una prensa interesada en alimentar esas "historietas"."Acaban especulando hasta demasiado. Ese tema es aburrido, pero todo el mundo sabe el cariño que tengo por el presidente (Al Khelaïfi), por el país (Francia) y por la afición", reiteró.Por otro lado, el Real Madrid también afirmó recientemente en una nota oficial que no tiene previsto realizar oferta alguna por el futbolista.Quiera o no, Neymar continuará en el ojo del huracán en París, donde está casi obligado a hacer algo grande en la Liga de Campeones, o en un Brasil ansioso por la sexta estrella. OF