Josh Allen respondió a las dudas sobre su precisión y su historial como un jugador proveniente de una escuela de poco renombre para consolidarse como el quarterback franquicia que los Bills de Buffalo buscaban desde el retiro de Jim Kelly, miembro del Salón de la Fama, hace 25 años.Los Bills anunciaron hoy que Allen aceptó una extensión de contrato por seis años que asegura la permanencia del lanzador de cuarto año hasta el final de la temporada 2028.El valor del contrato no fue revelado, pero se esperaba que fuera el más lucrativo ofrecido por el equipo, eclipsando el de 100 millones de dólares que firmó el defensive end Mario Williams en marzo de 2012.El acuerdo con Allen se da un par de días después de que el gerente general Brandon Beane dijera que deseaba alcanzar un trato con el quarterback antes del inicio de la campaña o posponer las negociaciones hasta el próximo año para que no se convirtieran en un distractor.Ambas partes no mostraron apuro. Allen se encontraba bajo contrato por toda la temporada 2022 luego que los Bills aceptaron la opción de extensión de contrato del jugador en mayo por un quinto año, valuada en cerca de 23 millones de dólares.Josh Allen viene de una temporada destacada en la que estableció numerosos récords de franquicia en pases y anotaciones, guiando a Buffalo a su primer título de la División Este de la Conferencia Americana desde 1995 y su mayor avance en los playoffs en 27 años.La temporada de los Bills culminó con una derrota ante Kansas City en el juego por el campeonato de la Americana.Allen ha sido beneficiado por las decisiones de la directiva de los Bills, que ha armado un grupo de receptores consolidados a lo largo de los últimos tres años. Inició cuando Buffalo adquirió a Cole Beasley y a John Brown a través de la agencia libre en 2019 y continuó en el periodo entre temporadas siguiente, cuando el equipo obtuvo a Stefon Diggs en un canje con Minnesota . JL